EBRO tiene un SUV más bonito y mejor que el MG ZS

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EBRO regresa al mercado con el S400, un SUV híbrido no enchufable que marca un nuevo comienzo para la histórica marca española. Este modelo, con etiqueta ECO, se posiciona como una alternativa funcional dentro del segmento de los SUV compactos electrificados, combinando un diseño atractivo con una propuesta técnica sencilla, aunque no exenta de limitaciones.
Bajo el capó, el S400 recurre a un sistema híbrido compuesto por un motor de gasolina 1.5 y un motor eléctrico que, en conjunto, entregan 211 CV. El sistema permite circular en modo completamente eléctrico en situaciones puntuales, especialmente en entornos urbanos, aunque su autonomía eléctrica es limitada. La caja de cambios automática y la gestión híbrida cumplen su función, pero no ofrecen la respuesta inmediata ni la suavidad que sí se encuentran en modelos de marcas más consolidadas.
Donde el EBRO S400 saca ventaja es en su diseño. Llama especialmente la atención su aspecto exterior, con una silueta proporcionada, ópticas LED bien integradas y un lenguaje visual más cuidado que el de rivales directos como el MG ZS Hybrid+. El interior también sorprende por su presentación: sin lujos, pero con materiales aceptables, buena habitabilidad y un maletero acorde con su tamaño, ofrece una experiencia coherente con su planteamiento.

Comparativa híbrida: más allá del diseño
Al compararlo con su competidor más directo, el MG ZS Hybrid+, el EBRO S400 no logra imponerse en términos dinámicos. Pese a contar con una potencia similar, la entrega de fuerza en el S400 se percibe menos refinada. El motor térmico entra en funcionamiento con brusquedad cuando se requiere más aceleración, y el consumo puede incrementarse con facilidad en conducción fuera del entorno urbano.
El MG presenta una mejor calibración del sistema híbrido, con transiciones más suaves entre modos y un empuje más lineal. Por otro lado, el comportamiento dinámico del S400 es correcto, pero no destaca: la suspensión es cómoda, pero no transmite precisión, y la dirección resulta algo filtrada.
Por todo ello, aunque el EBRO S400 supera al MG en diseño y presencia visual, aún debe afinar aspectos clave de su sistema híbrido para competir de tú a tú en un mercado cada vez más exigente. Su retorno supone un avance significativo para la marca, pero su propuesta técnica necesita una evolución para alcanzar el nivel de sus rivales más directos.