Un pediatra, experto en sueño, detalla cómo combatir el jet lag de los viajes largos en los más pequeños

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Niña con una maleta en un aeropuerto. Freepik
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El jet lag es una situación bien conocida por aquellas personas que viajan o han viajado en avión a destinos con una gran diferencia horaria. Al igual que lo sufren los adultos, los niños y niñas también están expuestos a este 'desfase' que afecta a su reloj biológico, pero con matices. Teniendo en cuenta que durante las vacaciones de verano estos tipos de viajes aumentan, el doctor Gonzalo Pin Arboledas, pediatra coordinador del grupo de sueño y cronobiología de la Asociación Española de Pediatría, detalla a partir de qué edad el jet lag afecta a los más pequeños, así como las recomendaciones para evitarlo. "El jet lag se produce cuando hacemos viajes largos y atravesamos varios horarios. Se produce porque nuestro reloj biológico se queda anclado en el horario anterior y cuando llegamos existe un desacuerdo entre nuestro reloj biológico y el reloj ambiental de la luz, la temperatura y eso produce alteraciones tanto físicas como en el estado de ánimo", define el facultativo.

Cómo influye la edad de los niños en el jet lag

En los bebés de hasta 8-9 meses, "el sistema circadiano está aún en desarrollo" por lo que "paradójicamente, pueden adaptarse más fácilmente a los cambios de horario", mientras que a partir de los dos o más años "el ritmo circadiano está más establecido". No obstante, aunque "su reloj biológico es más sensible a las disrupciones, también responde mejor a las señales ambientales como la luz".

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Cómo mejorar el jet lag al viajar con niños

  • Antes del viaje, durante la semana previa o las dos semanas previas -dependiendo del tiempo que se vaya a estar en el destino-, el pediatra recomienda seguir los siguientes hábitos: "Adelantar los horarios de sueño 15-20 minutos cada 2-3 días -sobre todo si el viaje es hacia el este-"
  • Ajustar los horarios de las comidas
  • Reducir las luz artificial por las tardes y aumentar la exposición a luz natural por las mañanas
  • Limitar las pantallas , al menos, una hora antes del sueño habitual
  • Durante el vuelo -lo ideal es que este sea nocturno-, se deben cambiar "inmediatamente los relojes al despegar", ajustar las comidas de acuerdo al horario de destino y ofrecer "pecho o biberón durante despegue y aterrizaje para aliviar la presión en los oídos". Al llegar, durante los primeros 3-4 días lo más adecuado es: La "exposición inmediata a la luz natural es crucial [...] ayuda a sincronizar el núcleo supraquiasmático, nuestro reloj maestro"
  • Mantener las "habitaciones oscuras durante las horas nocturnas"
  • Los primeros días, no forzar los horarios de sueño -para los bebés de meses mantener las siestas diurnas y para los más mayores respetar las siestas sin que interfieran con el sueño nocturno-
  • Respetar las horas de comida desde el primer día
  • El uso de melatonina debe consultarse previamente con el pediatra
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