El Manchester City ha dicho adiós al Mundial de Clubes. Uno de los favoritos por nombre a llevarse el torneo ha sido derrocado por el Al Hilal en la prórroga, pero antes de llegar ahí, Erling Haaland tuvo en sus botas decantar la eliminatoria para su equipo.
Minuto 83 y el empate a dos en el marcador. El equipo de Pep Guardiola saca un córner y el delantero noruego remata solo en el segundo palo, con lo que no contaba era con que Lajami bajo la misma línea de gol despejara para atrás cuando ya el casi que celebraba el tanto.
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El balón no entró y el partido se fue a la prórroga el resto ya es historia del Mundial de Clubes y del fútbol.
Cuando el colegiado pitó el final del partido las caras era un fiel reflejo de lo que pasaba por la cabeza de los jugadores. Los del City de estupefacción, no creyéndose que lo que había pasado fuera verdad, pero lo era.
En el Camping World Stadium de Orlando hubo clara superioridad numérica de la afición saudí en las gradas y el Al Hilal firmó una actuación sobresaliente para tumbar a un City que alcanzaba la fase de eliminación directa con el pleno de puntos.
Un doblete de Marcos Leonardo y los goles de Malcom y Kalidou Koulibaly entregaron al equipo de Simone Inzaghi un inesperado pase a los cuartos de final.
Por las gradas del estadio se veían aficionados saudís llorando, conmovidos por el que se vive como un milagro deportivo.
Otros se reunieron en los aledaños del estadio y comenzaron a entonar cánticos a favor del Al Hilal, que el próximo 4 de julio en Orlando se medirá con la Fluminense con un billete para las semifinales en juego.