Del Nido Carrasco y Víctor Orta no irán al Sánchez-Pizjuán en el autobús del equipo para evitar crispaciones con la afición
Presidente y director deportivo entienden que su presencia genera una crispación enorme
Un 'pequeño paso al lado' para intentar ayudar en la sintonía afición-equipo
SevillaUn pequeño paso al lado. José María del Nido Carrasco y Víctor Orta no se subirán al autobús del equipo para ir al Sánchez-Pizjuán este martes con la intención de evitar cualquier tipo de crispación ni presión a los jugadores en su llegada al Sánchez-Pizjuán. Principales señalados por la afición durante los últimos meses, Del Nido Carrasco y Víctor Orta han entendido que su presencia con los jugadores, más que reforzar al equipo en estos delicados momentos, provoca una tensión y un ambiente que poco o nada ayuda a los futbolistas en estos momentos. Es por ello que, según ha podido conocer ElDesmarque, ni José María del Nido Carrasco ni Víctor Orta acompañarán a los futbolistas este martes en el autobús y aunque sí estarán en el palco, no se bajarán junto a ellos. Con este gesto, ambos se alejan del protocolo y las costumbres habituales e intentan que el público se olvide de pitos y protestas cuando el equipo se baje del autobús, centrándose única y exclusivamente en animarles para la crucial cita ante Las Palmas.
La delicada situación de Del Nido Carrasco y Víctor Orta
Tras la derrota ante el Celta, dos de las figuras que viven su peor momento son Del Nido Carrasco y Víctor Orta. El primero, el presidente, tras superar el ataque continuo de José María del Nido Benavente, su padre, por la conocida guerra del Sevilla, parecía convencido de haber encontrado la estabilidad necesaria, pero la caída del equipo, la destitución de García Pimienta y los malos resultados con Joaquín Caparrós, le han vuelto a colocar en la diana. Tampoco se libra Víctor Orta. El director deportivo, principal responsable de la construcción del plantel, está en la cuerda floja y aunque hace semanas se transmitía tranquilidad con su figura, todo apunta a que a estas alturas es altamente probable que abandone su puesto a final de temporada... a menos que haya un cambio inesperado -y prácticamente imposible- en la situación social de la entidad.