Gaizka Garitano, Game over
Se acabó el crédito de Gaizka Garitano en el banquillo del Athletic Club. La situación que atraviesan los leones exige un cambio de timón en la dirección del equipo. Los 14 puntos sumados de 36 posibles dejan bien claro que la etapa del técnico de Derio en el banquillo de San Mamés ha tocado a su fin. La inmensa mayoría de los partidos del equipo esta temporada tienen varios denominadores comunes: debilidad defensiva (sólo ha mantenido dos veces la portería a cero en los últimos 17 partidos), falta de ideas en la elaboración de juego y una más que dudosa capacidad de gestionar los cambios para que sumen en lugar de restar (en Mestalla retiró a Iker Muniain para meter a Unai Núñez tras el empate local). Cierto es que estas líneas se escriben justo después del mejor partido del equipo a domicilio en esta campaña. El encuentro de Mestalla dejó sensaciones contradictorias, el Athletic fue mejor, pudo y mereció ganar. Pero, si siendo dueño de la posesión y de las ocasiones también eres incapaz de vencer, es imposible completar una temporada digna en LaLiga Santander, algo a lo que el Athletic está obligado por presupuesto y por historia.
Sombras sobre Gaizka Garitano
Las declaraciones de Garitano tras los dos últimos choques, en las que achacaba los problemas del equipo al “peaje” por jugar con jóvenes y a “pequeños detalles” (errores individuales), evidencian la incapacidad del entrenador para sacar al equipo de una dinámica que amenaza con condenarle a una segunda vuelta liguera marcada por el sufrimiento y los fantasmas de la zona baja de la tabla. En Ibaigane están obligados a reaccionar. De bien nacidos es ser agradecidos, por lo que hay que atribuir a Garitano el gran mérito de sacar al equipo del embrollo en el que se encontraba cuando aterrizó en San Mamés en diciembre de 2018 tras la destitución de Berizzo (con 11 puntos en 14 jornadas y en el puesto de 18 de la clasificación). Además, el técnico de Derio colocó al Athletic ante la posibilidad de alzar un nuevo título de Copa en el derbi vasco ante la Real Sociedad. Al César lo que es del César, pero todo lo que tiene un principio tiene un final.
El equipo necesita aire fresco, un giro de 180 grados y nuevas propuestas sobre el terreno de juego. Es urgente la llegada de alguien capaz de levantar la moral del grupo y cambiar la peligrosa dinámica en la que se ha entrado de intercalar alguna victoria entre un montón de partidos que desmotivan por completo a una de las aficiones más entregadas. Aquel que se ponga al frente del equipo debe ser capaz de sentar en el banquillo o la grada a todo el que no haga los méritos suficientes para enfundarse la camiseta del Athletic en el siguiente partido.
Es el momento del cambio. En el vestuario hay cimientos suficientes para construir un bloque de garantías que coloquen el nombre del club donde se merece. Unai Simón ha demostrado ser un portero de garantías para la próxima década, la aparición de nuevos cachorros que acumulan méritos en la primera plantilla es espléndida (Morcillo, Sancet, Vencedor, Iñigo Vicente…), la presencia de jugadores contrastados y con experiencia es indiscutible (Capa, Yuri, Muniain, Williams…) y Villalibre se ha confirmado como el goleador llamado a ser el sucesor de Aduriz. Los ingredientes son de primera calidad. Tan sólo hace falta un cocinero que sepa combinarlos.
Por Abel Romera Aguilera, periodista gaditano de AS.
"Soy más del @AthleticClub que Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza". @Abel_Romera_AS
