Baño de masas en el Sánchez-Pizjuán: más de 22.000 sevillistas dan la bienvenida a Sergio Ramos

Sergio Ramos ha cumplido su sueño. No ha sido en partido oficial, pero su regreso al césped del Sánchez-Pizjuán vistiendo la camiseta del Sevilla FC será un día que no podrá olvidar durante todos los días de su vida. Emociones desbordadas, sobre todo en el jugador, que no pudo contener las lágrimas, y también en los más de 20.000 sevillistas que han poblado las gradas del coliseo nervionense, en una presentación que bate récords.

Según los datos que el club ha facilitado a la prensa, más de 22.000 han sido los aficionados que se han acercado a Nervión darle la bienvenida al camero. La grada de Preferencia estaba repleta, así como el Gol Sur y fondo en su zona baja, con algunos sevillistas más en las zonas altas de estas dos gradas. Curiosamente, el Gol Norte, escenario de tantas disputas, permaneció cerrado.

Más de 45 minutos duró el baño de masas de Sergio Ramos en su presentación, aunque había largas colas en los accesos al Sánchez desde antes de las 19.00 horas. El jugador no saltó al campo hasta las 21.20 horas, y lo hizo justo al terminar los sones del Himno del Centenario, después de que la grada al unísono le llamara coreando su nombre, con mucha juventud en la grada. Su sueño, hecho realidad.

Todo fue felicidad este miércoles en Nervión, con el paréntesis de los pitos con los que la grada recibió al presidente José Castro y al vicepresidente José María del Nido Carrasco, que saltaron al césped por la escalerilla del vestuario local solo segundos antes de que lo hiciera el gran protagonista. Nada más poner un pie en el verde, Sergio Ramos no pudo reprimir las lágrimas, y en cuanto Javi Nemo, conductor del acto, le dio el micrófono, se derrumbó hasta el punto de que los niños que le acompañaban hicieron una gran piña para abrazarle.

“Voy a intentar controlarme. Es un día muy especial, han pasado muchos años, pero al igual que el día que debuté, hoy vuelve a serlo porque vuelvo a casa, me sigo sintiendo querido a pesar de todo lo que ha pasado. Igual que el día que me fui. Quiero dar las gracias a todos los sevillistas por darme la oportunidad de volver a sentir esto”, comenzaba un Sergio Ramos que no paraba de mirar al suelo y repitió en varias ocasiones sus disculpas por todo lo sucedido años atrás, embriagado de emoción. Pitos cuando agradeció al consejo de administración y aplausos cuando se refirió a Antonio Puerta jalonaron un discurso en el que reivindicó que el Sevilla era “uno de los equipos más importantes de toda Europa”.

Tras sus palabras, su mujer, Pilar Rubio, y sus hijos salieron al escenario, vestidos con la camiseta roja y su dorsal, para después recibir la bienvenida de tres leyendas sevillistas como Pablo Blanco, Joaquín Caparrós y Jesús Navas, que tanto han tenido que ver en su inmensa trayectoria como futbolista. “Darle la enhorabuena a mi amigo. Sé lo que ha sufrido, porque hemos tenido muchas conversaciones. Lo ha pasado mal, porque su deseo y su sueño era el Sevilla. Estoy muy feliz y contento porque estamos juntos y podemos darlo todo por este escudo”. A través de un vídeo también le dieron la bienvenida hombres Carlos Marchena -el otro canterano sevillista campeón del mundo en 2010-, Luka Modric, Andrés Iniesta, Javi Navarro y Pablo Alfaro.

"Quiero agradecer a los sevillistas el detalle de venir aquí. Desde el fondo de mi corazón”, finalizaba la intervención de Sergio Ramos, que bromeaba con su hijo pequeño para quitarle el avión que le había regalado Pepe Castro tras recibirlo de Víctor Orta. Después, hizo las delicias de la grada lanzando balones de regalo.

Un hombre emocionado en la presentación, pero tan profesional hasta el punto de colocar el balón con el escudo y el nombre de su nuevo club perfectamente alineado para posar para los medios gráficos. Ese club es el Sevilla FC y Sergio Ramos, quién se lo iba a decir, es su jugador.