Isabel López Pérez, la mujer de Manuel Ruiz de Lopera: "Nos conocimos en el Villamarín"

Manuel Ruiz de Lopera murió el pasado domingo 24 de marzo a los 79 años de edad. Una pérdida que no solo la han sentido los aficionados béticos y del fútbol español. Isabel López Pérez, su mujer, se ha mantenido a su lado durante su matrimonio y ha estado presente en su último adiós, junto a aficionados y personalidades del fútbol, en su entierro.

Ambos se conocieron cuando entonces el exdirigente bético era un emprendedor comerciante de El Fontanal. Un 21 de septiembre de 1964 se daban el sí quiero. Poco después de que Manuel Ruiz de Lopera viera como se llevaba una alegría su padre tras levantar el Betis el Trofeo Carranza superando a grandes equipos en aquel entonces como el Benfica o el Real Madrid.

Unos colores, los verdiblancos, que como reconoció en una entrevista a AS en 2002 unieron a la pareja. "Se puede decir que nos conocimos en el Villamarín", señaló entonces Isabel. Un cariño especial que, como sucedería con su marido, lo importante era el escudo: "Cómo jugaba Rogelio. Y Quino. Y Gordillo. Pero yo adoro al Betis con cualquier jugador o equipo que tenga. El Betis está por encima de todo", explicó. 

Isabel López Pérez y Manuel Ruiz de Lopera se casaron en 1964

Una bética de corazón que señalaba que el mejor triunfo para una verdiblanca era "en el campo del Sevilla". Una alegría que olvidaba los fríos que se podían vivir en estadios lejanos de aquel inicio de siglo XXI jugando en Praga ante el Zizkov, que acabaría con victoria del club del Villamarín gracias al tanto de Denilson en los 1/24 de final de la Copa de la UEFA.

Una presidenta consorte que no dudaba en demostrar sus conocimientos futbolísticos comentando los sistemas que podía poner en aquel entonces el hoy técnico del Zaragoza, Víctor Fernández. Una seguidora del Betis que también compartía otras pasiones con el exdirigente verdiblanco como eran el cante, la copla andaluza y los perros pastores belgas. Cabe recordar que uno de las perras de esa raza que tenía Ruiz de Lopera enfermó durante su viaje a la ciudad checa, y una gestión del entonces presidente permitió que la medicina llegara a tiempo.

Volviendo a Isabel, por aquel 2002 se publicaba que aquellos la habían escuchado cantar a Isabel, sostenían que "nada tiene que envidiar a la d algunas profesionales de la canción". En un momento en el que Manuel Ruiz de Lopera, enamorado de las canciones de Isabel Pantoja y Rocío Jurado, pensaba que el arte de la copla se estaba cayendo, y por ello, "ha pensado en patrocinar una gira de las mejores folclóricas del país".

La pareja, a pesar de no tener ningún hijo, tuvieron en su sobrino, Javier Páez Ruiz de Lopera, lo más parecido a un hijo. De hecho, lo convirtió, entonces, en directivo y su mano derecha en Farusa, sociedad propiedad del malogrado empresario sevillano.