A Madroa, siempre al rescate: Hugo Álvarez, como Aspas ante el Alavés o Veiga contra el Barcelona

A Madroa es el mayor bien que tiene el Celta de Vigo. Su impacto económico y deportivo es incalculable. Sin A Madroa el ascenso del año 2012 no hubiese sido posible. Tampoco permanecer más de una década en Primera División. La cantera, A Madroa, salvó al equipo de la quiebra y su posible desaparición. Ha forjado jugadores básicos en los últimos años que han sido vitales en el equipo. Unos siguen, como Iago Aspas, otros han sido traspasados como sucedió con Brais Méndez o Gabri Veiga. Lo único seguro es que Hugo Álvarez tomó el testigo esta noche en una actuación que se recordará durante años. La cantera siempre da la cara, por fea que sea la situación.

"Aislarse es difícil" confesaba Claudio Giráldez en la previa del partido. Los jugadores del Celta iban a saber el resultado del Sevilla-Cádiz antes de medirse al Athletic Club. El gol de Sergi Guardiola en el 95' fue un mazazo emocional para un vestuario que hubiese encajado mejor una victoria cadista por 0-2 en el minuto 70'. Así saldrían a calentar sabiendo ya que estarían obligados a ganar ante su afición.

El celtismo respondió con un recibimiento pasado por agua, soso por las vallas y por el día. Nada tienen que ver estos últimos recibimientos con algunos históricos con el autobús acompañado de una marabunta aporreando el autocar con los jugadores dentro en medio de una humareda celeste. También lo hizo en el estadio. 21.301 almas empujaron a un equipo superado por los acontecimientos.

Un guion macabro estaba escrito para el Celta. Desde los primeros pases los jugadores se mostraban atenazados. El gol del Athletic Club no se podría explicar sin ese nerviosismo existente. Mal despeje de Manquillo, completamente evitable, para conceder un saque de esquina que botó Berenguer.

El saque del extremo es impecable. No lo es la actuación de Iván Villar. Se olvidó de colocar un defensa en la línea para evitar un gol olímpico al segundo palo. Un centro duro que pudo parar. No solo falló el portero. Todo el equipo estuvo mal en una primera mitad para olvidar.

Enmienda a la totalidad en el descanso

Iago Aspas, Hugo Álvarez y Mingueza entraban para intentar rescatar al Celta. Claudio Giráldez daba entrada a tres jugadores que se habían quedado en el banquillo para descansar. Desde los primeros compases de la segunda mitad el juego era otro. La confianza reaparecía. También las primeras ocasiones. Un larguero de Larsen y una jugada de fe del noruego que sacó la zaga rojiblanca casi en la línea de gol.

Valverde quitaba del campo a Unai Simón a la hora. La lucha por el Zamora justificaba esta decisión. Balaídos pedía un penalti sobre Swedberg tras una gran jugada de Aspas. Apretaba la grada, sabedora de lo importante que sería su apoyo hasta el pitido final. Giráldez cambiaba de banda a Hugo Álvarez y la magia se desataba.

Regates, caños y una asistencia de gol a Swedberg. El canterano jugaba desatado por la diestra. Poco después hizo saltar a toda la grada con un golazo que daría a la postre los tres puntos. El Celta se gastará muchos millones en traspasos pero al final siempre es A Madroa quien da la cara. Lo hizo Iago Aspas en 6 de junio de 2009 marcando dos goles al Alavés en su primer partido en Balaídos. Dos goles que salvaron al club de un descenso a Segunda B que hubiese supuesto una más que posible desaparición.

Lo volvió a hacer Gabri Veiga la temporada pasada. Dos goles al FC Barcelona para evitar el descenso del Celta a Segunda. Lo ha repetido Hugo Álvarez con un gol y una asistencia que dejan la salvación muy cerca. A Madroa, esa fuente inagotable de talento vilipendiaba por otros entrenadores, ha vuelto a dar la cara.

Claudio Giráldez, el engranaje que le faltaba al Celta

El Celta es afouteza e corazón, pero sobre todo es cantera. Son sus chicos criándose desde pequeños en esos campos. Defendiendo el escudo desde benjamines. Quemando etapas, ascendiendo hasta el Juvenil. Pasando por el Fortuna y llegando al primer equipo. Claudio Giráldez, que ha dado los mismos pasos desde el banquillo, cree en la cantera.

Damián y Hugo han llegado para quedarse junto a Carlos, Sotelo o Miguel. Otros más vendrán porque a lo largo de la centenaria historia del Celta sus canteranos siempre han sido su mejor activo. Claudio Giráldez era el eslabón que faltaba en el engranaje. Con la salvación en el bolsillo el porriñés tendrá todo el verano para confeccionar un equipo donde A Madroa brillará con luz propia.