Simeone desmonta a Pellegrini

Otra vez se repite la historia. 15 veces se han visto las caras el Cholo Simeone y Manuel Pellegrini y tan solo en una ocasión (la del años pasado) cayó del lado del entrenador chileno. La sensación que me queda tras lo visto en el estadio La Cartuja entre el Real Betis y el Atlético de Madrid (0-2) es la de un partido poco trabajado por parte del técnico chileno o mejor trabajado por parte del argentino. Simeone desmontó, otra vez, a Pellegrini. La mejor lección es que esto debe servirle al Betis para aprender. El repaso táctico ha sido grande, sobre todo en la primera mitad. Al igual que en muchos otros partidos, el rival saltó al campo con un punto más de intensidad. Y claro, si a eso le sumas que el Atlético sabía perfectamente dónde estaban lo puntos débiles del Betis (véanse los laterales y la falta de coberturas a los mismos) la cosa empezó mal desde el principio. Marcos Llorente, Giuliano Simeone, Nico González o Álex Baena tenían total libertad de movimientos, siendo Amrabat el único que se mataba intentando llegar a tapar todo lo que sus compañeros no eran capaces. La prueba del desgaste y la frustración del marroquí es que casi al final del partido se la jugó en un acción en la que terminó arrancando el banderín de córner en la cara del asistente.

El Betis recibe demasiados goles

Es la segunda derrota de los verdiblancos en lo que va de temporada, pero es una derrota que demuestra que para soñar de verdad con la Champions hace falta mucho más. Para empezar porque con la cantidad de goles encajados que lleva el Betis la misión se complica mucho, sobre todo porque le sigue costando una barbaridad ver puerta. Y, para continuar, porque hay jugadores que tienen que elevar su nivel: Antony, el Cucho Hernández o Marc Roca no terminan de estar. A este último Pellegrini le volvió a dar la vitola de titular dejando en el banquillo a Un Lo Celso que fue el mejor de la segunda mitad. Por cierto, que para gustos y opiniones, los colores. Aquí una muestra que quiero rematar diciendo que, para mí, el árbitro no ha influido en el resultado final del choque. Nada de penalti a Natan: la culpa del segundo gol es de una falta de picardía de no saber parar una contra en la última jugada de la primera parte y de otra acción pésimamente defendida.