Las notas de los jugadores del Sevilla ante el PSV: uno por uno

Sevilla 3-0 PSV: Resumen del partido
Sevilla 3-0 PSV: Resumen del partido
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El Sevilla FC consiguió una importantísima victoria este jueves ante el PSV (3-0) en un encuentro en el que supo sufrir durante el primer tramo para, posteriormente, de la mano de Ocampos dar el golpe. En ElDesmarque le ponemos nota a los jugadores sevillistas. Bono (7): el de siempre. Que sus paradas sean habituales, que sus paradones sean repetidos, no resta importancia a todo lo que hace por su equipo. El marroquí salvó a su equipo en la primera mitad y acumuló varias acciones de mérito en la segunda. Navas (6): todo pasión. No debía jugar ante el Mallorca, como contó Sampaoli, y lo hizo. Posiblemente no debía jugar 90' ante el PSV, pero lo volvió a hacer. Corrió como el que más, defendió todo lo que pudo y atacó todo lo que le dejaron. Buen partido. Badé (-): lesionado. Duró menos de un cuarto de hora al lesionarse tras una acción con Luuk de Jong. La noticia es pésima para un Sevilla que apenas tiene centrales. Gudelj (7): regularidad. Cuando el equipo no andaba bien, verle como uno de los mejores parecía normal, pero aún con el conjunto sevillista subiendo escalones, se mantiene como hombre de confianza. Otro gol para su cuenta. Nianzou (6): mejoría. Aunque Nianzou continúa levantando algunas dudas por su suma tranquilidad (y algún despiste), es evidente que el zaguero francés ha mejorado. Le queda aún, pero este jueves cumplió, tras llevarse una pequeña bronca de Jordán, con su papel. Acuña (6): muchos huevos para este Sevilla. El zurdo volvió a completar un gran encuentro en un escenario nada sencillo. Durante gran parte de la primera mitad actuó como mediocentro... y también cumplió. Jordán (6): criticar a Jordán, por su rendimiento reciente, es siempre lo más fácil. El mediocampista sigue perdiendo balones, sigue fallando controles, pero su influencia es enorme en el equipo. Si él está bien, todos funcionan. Rakitic (7): empezó mal, muy mal, perdió varios balones en la salida y apuntaba a ser uno de los grandes criticados, pero el croata fue creciendo junto a los suyos, se sacó media asistencia para Ocampos y supo, con el corazón pidiendo más goles, jugar al otro fútbol. Óliver Torres (6): un premio más que merecido. Aunque parezca increíble, Óliver Torres debutó este jueves con el Sevilla en Europa esta temporada y lo hizo demostrando lo que le había permitido recuperar su plaza: dinamismo, entrega e inteligencia al servicio de su equipo. Bryan Gil (5): acelerado. En su cabeza se acumularon decenas de ideas, de regates, de pases y desmarques, pero en sus pies las decisiones casi nunca eran las mejores. La toma de decisiones correcta es muy cara en el fútbol, él sabe que 'solo' le queda eso para ser indiscutible en este Sevilla. En-Nesyri (7): sigue en momento dulce. El marroquí volvió a marcar en (casi) la primera que tuvo. Se vació en el aspecto defensivo y ayudó mucho al progreso de su equipo. Él también progresa y lo hace de forma adecuada.

 En-Nesyri celebra su gol al PSV.

Suplentes: Fernando (7): inteligencia, rigor, sencillez y todo lo que se le ocurra al lector para describir a uno de los mejores futbolistas de la actual plantilla. Lo hace (casi) todo bien. Ocampos (8): revolución. Entró como una auténtica moto, se inventó un golazo y una asistencia para poner el tercero. El argentino vuelve a ser feliz. Las cosas de la vida, lo demostró ante un equipo holandés. Suso (6): es difícil brillar cuando entras con un 3-0 y la idea de conservar el marcador más que perder la ventaja, pero Suso dejó detalles, intentó marcar su golito y se puede marchar satisfecho con sus minutos. Montiel (6): sin alardes, sin complicaciones. Mejora su nota porque no jugó en su sitio y aún así apenas sufrió. Lamela (5): no tuvo demasiadas para mostrarse y, por desgracia para su entrenador, se perderá el encuentro de vuelta por sanción. No es buena noticia nunca. Sampaoli (7): apostó y ganó. Sampaoli prometía movimientos en el once y, posiblemente, fueron muchos menos de los que se esperaban. No pudo guardar ni a Fernando. Su apuesta, eso sí, salió vencedora. El Sevilla se pareció, por momentos, al equipo que competía con cualquiera, que sabía sufrir y reponerse. Otro escalón más en esta larga subida.