Una auténtica mentira

celta_betis1.jpg
Iago Aspas marca ante Adán.
  • Así vivimos el Málaga-Betis

Compartir

Una mentira. Una auténtica mentira. Si quieren, se puede poner en mayúsculas, pero como más de uno en Heliópolis vivirá de las rentas, del derbi y de algún alegrón suelto, pues mejor dejarlo así. Pero este Betis, el Betis de Balaídos, como fue otras tantas noches, es un equipo de mentira. Un equipo al más puro estilo Quique Setién. Esos 50 goles en contra esta temporada son datos muy objetivos. Pero no son sólo los goles en contra, que es mucho a su vez. Timorato en ataque, sin oler la sangre, y muy endeble en la defensa, pero el problema es que Rubén Castro no juega porque no presiona y el Betis sacará el balón siempre jugado porque el equipo cree en la idea del entrenador y del segundo entrenador... y hay jugadores para ello. Ahí están los datos. Porque esta historia ya la hemos visto muchas veces. Con Setién y sin Setién. Seguro que a Lorenzo Serra Ferrer, si es el Serra de su etapa como entrenador, no le gusta lo que está viendo. Aunque su Betis haya ganado el derbi. Este ritmo es intolerable, sobre todo porque Europa este año está al alcance de cualquiera. La primera parte del Betis fue de mentira. Una auténtica mentira de fútbol. El toque al ritmo cochinero no sirve de nada en la élite, sobre todo porque te lleva al despiste, como ocurrió a Javi García. Imperdonable su error en un jugador de tanta veteranía. Esa media vuelta de frente a tu portero te condena casi siempre. Y el Celta, que se conoce ese estilo, condenó. Radoja presionó, Iago Aspas robó, corrió y marcó casi a placer. Lo hizo tan fácil el gallego... Otro error, sí, otro error en la salida del balón dejaba al Betis otra vez por debajo en el marcador. Y así es muy complicado ganar. Porque este Betis de Setién ha dejado destellos y belleza en contadas ocasiones, con euforias espectaculares en el Bernabéu y en el derbi, pero cuando se pone en plan tontorrón no hay quien lo aguante. Por malo, claro está. Setién no quiso ver que Guardado de mediapunta estaba perdido y cansado, que su equipo era incapaz de llevar peligro a un Celta feliz pero bastante llano. Que su Betis tenía en su mano dar un golpe en la mesa y otra vez iba camino de formar otro lío, pero de los malos. De aspirar al séptimo a vivir otra vez en la medianía como temporadas atrás.

Muchos fallos

El descanso no cambió la cara del Betis, que fue a peor. Maxi Gómez perdonó dos veces, con dos grandes paradas de Adán, pero a la tercera fue la vencida. Esa endeblez de la defensa también es alarmante, otro gol más en contra y un futuro negro por delante. Y con todo negro, Setién abrió un ojo para meter en el campo a Rubén Castro. Por si le daba por presionar con 2-0 en contra. Y el Betis, sin querer, cambió. Un centro de Barragán fue despejado de malas maneras por Rubén Blanco y Durmisi dio un pase perfecto para Sergio León. 2-1 y mucho tiempo por delante para al menos empatar. Pero lo que esperaba fue... Un error grosero de Guardado acabó en una contra perfecta donde Iago Aspas, en estado de gracia, volvió a marcar. El penalti a Joaquín en la prolongación y el gol a Guardado, que esta vez no dejó tirar a Rubén, cerró el partido, que iba va más para 4-1 que para 3-2. Una derrota como otras tantas, aunque al final ese gol del mexicano al menos vale para igualar el golaverage con el Celta. Pero visto este Betis, que es una mentira muchas veces, hablar de Europa es casi un sacrilegio.  

Todos los resultados en resultados.eldesmarque.com