Nunca des por muerto a un corazón que late

Regresaba La Liga Santander tras el parón por compromisos nacionales y el Real Betis espantaba los fantasmas que le atosigaban desde los sectores más críticos de la prensa. Trabajada y sufrida victoria en Mestalla en un envite protagonizado por la solvencia colectiva y el delantero canario, quien sacaba las castañas del fuego en el descuento. Debutó Darko Brasanac y lo hizo con jerarquía. El que nunca falla y tira del carro, Rubén Castro, anotó sus dos primeros goles en feudo valencianista para romper una maléfica racha de 30 años sin ganar en la capital del Turia. Fabián se retiró lesionado a los 20 minutos y queda pendiente de evolución; Enzo Pérez fue expulsado al comienzo del segundo acto. El equipo verdiblanco da un golpe encima de la mesa y Gustavo Poyet respira en un inicio de competición vibrante. Victoria por dos a tres y un futuro prometedor en el horizonte.

El técnico uruguayo sufrió desde uno de los palcos del estadio che. Cumplía el primero de los envites de sanción y sus asistentes guiaron al conjunto de La Palmera con mesura y orden. En un once donde figuraban nombres como Darko y Álex Alegría. El de Plasencia acompañó al máximo goleador de la historia con aplomo y presencia. Consumaba su debut en Primera División. Puso desparpajo, aunque le faltó picardía y chispa en acciones puntuales. En el bando local, los de Pako Ayestarán presentaban un esquema inicial con pareja de centrales a estrenar: Garay y Mangala remodelaban una parcela irregular en las últimas temporadas valencianistas.
Gran estreno de Darko Brasanac
Y el partido no pudo arrancar más vibrante. Con ocasiones, subidas y ritmo. Poyet tenía claro qué aspectos debía mejorar con respecto a lo que se vio ante el Deportivo de la Coruña hace quince días. Más sosiego y estabilidad con la bola en los pies. Lo consiguió. Presión organizada y concisión en las jugadas ofensivas. En el primer minuto de juego y con espectadores aún tomando asiento se producía la primera internada peligrosa a favor de los béticos. Brasanac aterriza en la liga española con fuerza y pisó área rival con contundencia para abrir la veda. Quiebro escurridizo y disparo blando a las manoplas de Diego Alves.
Las llegadas del Valencia CF no generaban inquietud en los dominios de Antonio Adán. Disparos lejanos e imprecisos de Gayá y Ezequiel Garay. El trivote verdiblanco encendía la luz gracias al internacional serbio. Nadie pensaba que en su primer partido con la camiseta del Betis iba a generar tanto. Mientras tanto, Durmisi (único de los internacionales titulares) llegaba con suma facilidad a territorio ofensivo. En una de sus prolíficas incursiones se asoció con Rubén Castro, quien perdonaría ante el meta brasileño para desquitarse minutos posteriores. El canario, puede perdonar una, dos veces, pero a la tercera ya no. Antes del tanto, no obstante, el Betis movió forzosamente el banquillo. Fabián tuvo un encontronazo con Santi Mina y dejó su sitio a Felipe Gutiérrez. 
Al filo del descanso, el delantero canario del Real Betis falló en la una definición en la que se topó con Mangala. Cabizbajo por el desenlace de esa acción, se desquitó a ocho minutos del intervalo del envite con una definición elogiable. Internada de Piccini por la derecha que Joaquín deja pasar para que Rubén conecte un zapatazo marcado al fondo de las mallas tras previo toque para deshacerse del zaguero.

Loca segunda parte

El guion soñado se le presentaba al conjunto heliopolitano al comienzo del acto final. A los cinco minutos, Enzo Pérez sería expulsado con roja directa después una fea entrada sobre Durmisi. Pero ahí no acabaría el desarrollo de acciones positivas para el equipo de Poyet. Acto seguido, el lateral zurdo danés servía una asistencia medida con el exterior para la parte diestra. Aparecía Joaquín al desmarque completamente solo para batir por bajo al cancerbero che y poner el cero a dos en el luminoso.
Sin embargo, el Valencia tiró de orgullo y aprovechó los nerviosismos del Betis. Le faltó experiencia a la escuadra hispalense, que veía como se le escapaban los tres puntos, pero dicen que el fútbol es maravilloso y Rubén Castro Balompié volvía a empaquetar la mochila de puntos rumbo Sevilla.
Sin Rubén Castro no hay gloria
A falta de un cuarto de hora para la conclusión, los de Pako Ayestarán se volcaron al ataque pese a la inferioridad numérica. El Betis se echó a atrás y dio entrada a Musonda para capturar fugaces contragolpes como el que supuso la victoria. Rodrigo Moreno reduciría diferencias en una trenzada jugada de asociación en la que conectó con Dani Parejo. Y cuatro minutos después sería Garay quien sacaría renta a un cabezazo picado del brasileño a la salida de un córner.
Las tablas campaban en el luminoso y los jugadores del Betis reflejaban incredulidad ante lo vivido. No obstante, sacó raza, fuerza, coraje... y enmudeció a Mestalla en tiempo de prolongación. Contragolpe medido. Piccini conecta un pase de la muerte al segundo palo y allí aparece la sempiterna figura de Rubén para dejar en anécdota el transcurso del segundo periodo.
Treinta años después el Betis ganó en Mestalla con épica de por medio. Ya suma cuatro puntos y el proyecto de Gustavo Poyet ya echa a andar oficialmente. El próximo viernes, llega la visita del Granada al Benito Villamarín. Silencio, esto acaba de empezar.

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