Es Noticia

David Mella, espíritu de superación tras un largo calvario: la joya de Abegondo volvió a sonreír

Mella entrenando en verano con el primer equipo
Cubro el día a día del RC Deportivo de la Coruña

Cuando comenzó el verano entrenando con el primer equipo, pocos imaginamos que esta sería una temporada 'complicada' para David Mella. En verano se vio obligado a bajar el ritmo y durante el curso tuvo que parar por una pubalgia que le dificultó toda la temporada. Pero llegó para el tramo final casi como un fichaje primaveral y acabó dando el gol del ascenso al filial blanquiazul.

Es uno de los nombres propios en Abegondo desde hace años. Forma parte de la generación de oro, aunque en realidad siempre fue el pequeño de todos. Aún en edad juvenil, vivió en la 22/23 su segunda temporada -esta ya completa- en dinámica de Fabril. Un año distinto y complicado porque no pudo tener la continuidad física que hubiese deseado. Pero trabajó para estar de vuelta y el gol en el último partido fue el colofón a tanto esfuerzo. De sobreponerse a la pubalgia a volver a gritar un gol al cielo.

David Mella fue uno de los protagonistas de la victoria en O Barco. Un triunfo que consolidó al Fabril como líder y campeón de la categoría. Su zurda, clave en las últimas semanas, lanzó un disparo imposible de detener cuando apenas se superaba la hora de partido. No era un gol cualquiera: valía un ascenso. Y es más, suponía decir adiós a una temporada que se convirtió un poco en un calvario para el chico.

David Mella entrenando con el primer equipo del Deportivo en la 21/22 (Foto: RCD).

El calvario de David Mella con la pubalgia y un gol para echarlo todo fuera

Durante meses no pudo trabajar con normalidad. De hecho, y como explica La Opinión de A Coruña, David Mella arrastró problemas de pubalgia durante toda la 21/22, en la que le vimos protagonizar jugadas extraordinarias con la selección; competir con el juvenil y llegar a la Copa de Campeones; o dar sus primeros pasos con el primer equipo. Pero se vio obligado a estar fuera casi cinco meses hasta este tramo final en el que volvió a disputar minutos.

Y no solo jugar, sino que fue decisivo. Marcó dos goles en las últimas jornadas y selló un final de cuento. El gol del ascenso fue suyo. Y es que estaba escrito. No podía ser de otro jugador. Un zurdazo de los suyos, partiendo desde la izquierda, como le gusta, a pie natural, para buscar el ángulo donde el portero rival no pudo llegar.

Su celebración lo dice todo. Grito al cielo. El gol valía una liga, pero también era un grito de liberación después de una temporada difícil. Es una de las grandes joyas de Abegondo y es que, pese a que protagoniza tardes importantes desde hace tiempo, apenas es del 2005. Tiene todo el futuro del mundo por delante y un deportivismo que le respaldará cuando vengan mal dadas.

En Riazor quieren verle con la elástica blanquiazul y su esfuerzo merecerá la recompensa deseada. Tiene el talento para llegar y, si tiene la oportunidad, tirará cualquier puerta abajo.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar