El Athletic, incapaz de puntuar ante un Cádiz con nueve

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Desde un 16 de julio de infausto recuerdo no volvía el Athletic Club a jugar en San Mamés. Pues lo ha hecho este jueves, con la hierba horrible y, otra vez como ante el 'Lega', con una imagen indigna. Los de Gaizka Garitano han sido totalmente incapaces de hacer bueno el triunfo en Ipurua, ante una Catedral ruidosamente vacía, frente a un honesto Cádiz CF. Y menos mal, si hay público lo mismo salían hasta Kleenex y abucheos, ya que hoy día los pañuelos no se estilan. Derrota dolorosa por (0-1) con gol, encima, de Unai López en propia puerta que deja el ambiente tumefacto. Si la semana pasada se hablaba de pesimismo esta noche el Twitter puede parecer 'La Colina de la Hamburguesa' rociada de Napalm. Tras sufrir un primer tiempo flojísimo, desperdiciado por completo, en el que solo se salvaron un par de acciones individuales de Raúl García había que pensar en un electro-shock con los cambios. La chavalería tenía que acudir al rescate de un tostón que olía mal, pero no a tanta tragedia. En la segunda parte salió Asier Villalibre, Akapo fue expulsado, luego lo sería también Negredo, el 'Mago' Vicente y Sancet le metieron una marcha más a sus compañeros, pero duró poco ese gas. El Athletic, impotente, fue incapaz de puntuar en Bilbao ante 9 rivales de un recién ascendido a LaLiga Santander. Como lo leen...

Garitano tira del once que vencía en Eibar hace 4 días
Esto ya lo hizo la Liga pasada frente al Real Madrid tras ganar en Mestalla. Y también salió mal. Ya había anunciado el técnico rojiblanco que habían tenido cuatro días para recuperar fuerzas y que, seguramente, las rotaciones se las reservaba para el choque de este domingo en Mendizorroza ante el Deportivo Alavés. Con Yeray de baja, Unai Núñez seguía dentro de un once en el que Morcillo sumaba su tercera muesca consecutiva. Enfrente un Cádiz que tiene poco que ver con aquellos artistas pintureros de los tiempos de 'Mágico' González. Un recién ascendido que se basa en los contragolpes e incluso que no tiene ningún inconveniente en rascar el tobillo (Akapo). Su presión inicial alta desde luego fue un incordio para el Athletic, que no se sentía a gusto para pasar incluso de medio campo. ¿Resultado? Que Iker Muniain se atascaba en la banda derecha, que Morcillo no la olía y que Williams penaba en punta, ya que lo suyo no es bajar balones aéreos. Salvo un lío en una cesión a Ledesma la primera parte fue un verdadero drama. En el 16' además Rulo tuvo que buscarse un remate acrobático porque el equipo no carburaba y los amarillos estaban como marajás por San Mamés.

Demasiados pelotazos en un Athletic pastoso
Si Unai López no controlaba las acciones (14 pérdidas), los defensas tenían imán para los pases de Muniain y los de arriba no recibían, sin duda alguna la presentación en casa no pudo ser más desafortunada. Ni siquiera se buscaba a Morcillo cuando su par, Akapo, había visto una temprana amarilla. Fue lógico por tanto irse al descanso con 0-0, pero no tanto hacerlo con esa engorrosa sensación de desazón y de partido ya visto. Olía a reiteración. Ni siquiera se podía achacar nada al trencilla asturiano Pablo González Fuertes. Todo lo contrario. Lo malo era el producto. Entre el serio orden cadista y el sopor vasco Netflix se puede forrar con sus series. Fue muy duro de digerir aquello... Y el cambio de Morcillo al descanso, para jugar con dos puntas, tampoco fue bien recibido. Cargarse al joven canterano que sube y calla siempre parece más sencillo. Aparte de la entrada del ‘Búfalo’ sí que fue una alegría ver como Akapo era expulsado por doble amarilla tras pisar a Dani García. Los de Álvaro Cervera se quedaban con 10 en el 47' lo que debía ser una ayuda, debía ser digo, pero no... Porque primero Lozano obligaba a Simón a una gran estirada en una siesta defensiva generalizada. Y luego Unai López marcaba en propia meta en una contra de los andaluces tras una pérdida de Muniain y un flojo cruce de Núñez.

La impotencia de no meter un gol contra 9
No quedaba otra que ir a muerte jugando en casa contra 10, por vergüenza torera. Pero la noche vino cruzada. Iñaki Williams cabeceó al poste a pase de su cuate Muniain, Yuri soltó un buen latigazo e Iñigo Martínez intentó marcar desde 30 metros. Nada funcionó. Ahí Álvaro Cervera de la misma hizo 3 cambios porque no quería dejar ir su ventaja ante el obligado arreón de los bilbaínos. Garitano entonces metió a Oihan Sancet e Iñigo Vicente en busca de sacar una chispa más con la calidad técnica de los chavales. Ya se vio otra cosa, encaraban, buscaban incordiar,... cuando encima Álvaro Negredo se suicidó con un piscinazo que supuso también su expulsión. El Cádiz se quedaba con 9 en el 70'. Parecía un regalo del cielo, pero horror, se tiró por el desagüe. Entró también Kenan Kodro por un desacertado Dani García sumando efectivos en ataque pero hizo poco más que ganarse una clara tarjeta amarilla. La entrada de Lekue por Capa tan solo era ya un respiro en una noche descorazonadora para los athleticzales. Ni con 8 minutos de descuento hubo manera de molestar al guardameta argentino Ledesma. La impotencia se hizo carne. Jo, qué noche... Eso sí, al menos vimos volver al vizcaíno Jon Ander Garrido en La Catedral tras su lesión. El que no se consuela...
A cerrar la semana con otro derbi vasco
No ha terminado aquí el carrusel de partidos para los rojiblancos. A los leones les toca volver este domingo a ejercer como visitantes en un nuevo derbi vasco, que en realidad van a ser tres consecutivos. Tras ganar en Ipurua ahora les toca visitar al conjunto babazorro en la estomagante hora de las 2 de la tarde. Es lo que hay. Y recuerden que luego hay parón de selecciones otra vez. Si no se vence la quincena puede ser un infierno.
