Jaume Domènech, el gato que aprendió a ver en la oscuridad

Para alcanzar el éxito, primero hay que fracasar. Jaume Domènech lo sabe perfectamente. Su carrera está escrita entre cicatrices. Unas cicatrices que hoy lo definen. Para el mundo ha dejado de ser noticia que Jaume Domènech ocupe la portería del Valencia CF, pero no para él. Cada vez que se enfunda los guantes recuerda cada obstáculo que ha tenido que superar, cada paso que ha tenido que dar para llegar hasta aquí. Cada vez que se enfunda los guantes recuerda que es el gato que aprendió a ver en la oscuridad. 

El portero con guantes de ciclista

Jaume Domènech comenzó a jugar a fútbol a los cinco años. Primero como central, pero siempre sintiéndose atraído por la portería. "Empecé a los cinco años siendo defensa y estaba obsesionado con ser portero. Mi padre no quería, me dijo que a los porteros cuando les hacían goles pues les decían cosas, se metían con ellos", reconoció el guardameta del Valencia CF en ElDesmarque.Aunque lo más curioso es el modo en el que se estrenó en la portería. No utilizó guantes de portero, sino de unos de ciclista. "Le cogí unos guantes de ciclista a mi padre, que hacía ciclismo y entrenaba con ellos. Incluso creo que llegué a jugar mi primer partido con aquellos guantes con los dedos al aire. Cuando mis padres vieron que no había remedio, me compraron mis primeros guantes", desveló.

Formado en el Villarreal

Su agilidad bajo palos provocó que llamara la atención del Villarreal. Estuvo diez años en las categorías inferiores del Submarino Amarillo, pero de repente le abrieron la puerta de salida. Jaume Domènech no encajó bien la noticia, hasta el punto que llegó a dudar sobre su futuro en el mundo del fútbol. "No es que fuera a dejar el fútbol, pero sí que me llegué a plantear mi futuro con la salida del Villarreal. Tenía muchos obstáculos para encontrar algo que me motivara, hubo momentos en los que tuve ansiedad porque me preguntaba si valía la pena sufrir tanto después de haber luchado y trabajado todos esos años", aseguró el guardameta."A mis padres se lo debo todo porque seguí adelante gracias a ellos, ellos me aclararon las dudas. Es verdad que fue un momento, un instante y que me lo quitaron de la cabeza, pero también es verdad que sólo me pasó ahí, nunca más, no he sido un chico de dudar mucho", agregó.

Resurrección

Abandonar una cantera de élite como la del Villarreal CF nunca es fácil. Tampoco lo fue para Jaume, que tocó fondo en el aspecto anímico, pero no bajó los brazos, sino que asumió que si quería alcanzar el éxito debía comenzar desde abajo y fichó por el CD El Palo, equipo de la Tercera División andaluza. Allí completó el primer tramo de la temporada, pero a mitad de año le llegó la oportunidad de subir el primer escalón: fichó por Huracán CF de Segunda División B. José Ignacio Hernández fue quien apostó por él. El actual responsable del Atlético Levante y del Juvenil granota en División de Honor ocupaba entonces el puesto de director deportivo en Huracán CF y vio en Jaume un fichaje ideal para completar su plantilla. "Ya conocía a Jaume de su etapa en el Villarreal. Cuando se lesionó uno de mis porteros me acordé de él y le llamé para ofrecerle una prueba. Sabía de sus cualidades, pero tenía dudas sobre las condiciones físicas en las que se encontraba. Sólo necesitó un entrenamiento para disipar todas las dudas. Se salió, parecía que tenía imanes en los guantes", relata José Ignacio Hernández a ElDesmarque Valencia. Fichó por Huracán CF y estuvo cerca de lograr el ascenso a Segunda División, pero perdió la final contra el Jaén.

De desheredado a héroe

Su entrenador en Huracán CF era Nico Estévez, que ese verano fichó por el Valencia Mestalla y quiso llevarse a Jaume Domènech con él. "Lo fiché para el Valencia porque aparte de sus grandes capacidades técnico-tácticas como portero, Jaume reunía los valores que han definido al Valencia CF a lo largo de su historia: capacidad competitiva, sacrificio, esfuerzo y ganas de mejorar cada día", explica a ElDesmarque Valencia el ahora miembro del cuerpo técnico de Columbus Crew. Desde el primer momento, Jaume Domènech cumplió con lo que se esperaba con él. "Siempre daba el máximo en cada entrenamiento, en cada partido y fue un ejemplo para los más jóvenes que venían de abajo", cuenta Nico Estévez. Desde el Mestalla fue participando en entrenamientos con el primer equipo del Valencia CF, pero su gran oportunidad llegó en la campaña 2015-2016. Jaume comenzó aquella temporada como el cuarto portero por detrás de Diego Alves, Matt Ryan y Yoel Rodríguez. A pesar de la competencia y de tener ofertas para cambiar de aires, confió en sí mismo, se quedó y acabó siendo titular. Diego Alves arrastraba una lesión de rodilla del curso anterior y Ryan tuvo que pasar por quirófano. Así, Jaume y Yoel eran las dos únicas opciones de Nuno Espirito Santo para defender la portería frente al Sporting de Gijón. Jaume fue el elegido y se salió. "Jaume ha hecho un gran partido. Nos ha ayudado mucho", declaró el entrenador portugués tras la victoria en El Molinón. Fue el debut de Jaume en la élite y, desde entonces, se ha convertido en un habitual del Valencia CF, alternando la condición de titular con la de suplente, pero siempre haciendo gala de un valencianismo a prueba de bombas. Esta temporada vive a la sombra de Neto, pero la Copa del Rey le brindó la oportunidad de brillar y también la supo aprovechar, siendo el héroe de la tanda de penaltis contra el Deportivo Alavés. "Jaume un ejemplo para todos sus compañeros. Juega poco y entrena como el que más. Siempre con ambición, ilusión y con una sonrisa. Para el cuerpo técnico es de incalculable valor tener a Jaume dentro del grupo", destacó Marcelino después de que el de Almenara dejara la portería a cero contra el CD Leganés. Jaume es un ejemplo cuando es el portero titular del Valencia CF, pero también lo era cuando lo fue del CD El Palo. Un ejemplo de superación, porque cuando se apagaron todas las luces aprendió a ver en la oscuridad. Como si fuera un murciélago...[galeria_jm path="201718/VALENCIA_CF/Plantilla/JAUME"]