Avance: No Rest for the Wicked, más allá del purismo del souls

El molde del souls como género en la industria de los videojuegos debe tanto a From Software, que cada delicia como No Rest for the Wicked favorece el regreso a los orígenes. Y lo es a pesar de la transición hacia la innovación del estilo ya sea con una perspectiva isométrica o con nuevas herramientas jugables. Y parry mediante, el título de Moon Studios brilla a pesar de necesitar flecos por su acceso anticipado.

La primera invitación del denominado souls a lo Diablo es una ejecución purista del género. La protección del estilo con el primer impacto da una sensación de disfrutar de cada espadazo de un mundo por descubrir repleto de armas donde cualquier sombra te devora con dos golpes. Y en ese prólogo se ensanchan las condiciones de un juego grandilocuente en su concepción, porque No Rest Fort he Wicked no es un early access habitual.

Del impacto inicial de ese transcurso hasta el primer boss hay un reflejo del souls, pero a partir de Sacramento el juego pinta un trazo innovador. Dentro del estilo y sin perder el origen, No Rest Fort he Wicked rompe con lo tradicional para incorporar mecánicas alejadas de la base: hogueras que no son tal con negativas a la curación, crafteo, la identificación del día y la noche con repercusión en las misiones…y una identidad.

En ese descubrimiento el diseño artístico engancha, la perspectiva isométrica es el medio para llegar a un nuevo destino, pero el combate es el verdadero ejecutor. Cada una de esas tres patas suma un poco para convencer como uno de los mejores souls puros de los últimos años. Y lo es porque hay demasiadas variantes que con un parry ya toman el apellido creado por From Software para autoproclamar un tipo de juego. Pero lo de Moon Studios realmente lo es.

El escalado artístico en el early Access es la puerta de entrada a un mundo despedazado. El juego respira tradición con un acabado por pulir, pero los diseños de personajes, entornos y el mundo definen una peculiaridad muy vistosa. Original, tosca si cabe en los personajes, porque ser un cerim es sólo un lastre que desde el inicio conlleva una responsabilidad y también una maldición. Y visualmente todo está expuesto desde el primer viaje en barco.

La dificultad en combates, los vestigios de la era souls

No es complejo, simplemente difícil. Con esa idea No Rest for the Wicked impone la libertad y a la vez la base para hacer un juego alejado de la contemplación. Moon Studios ha creado un reto para el jugador donde el primer boss bien puede aguantar diez intentos hasta caer, y con ello devuelve el desafío para los juegos al estilo souls de los últimos años.

Porque seamos sinceros, el apellido souls aparece cada vez en más títulos pero en pocas ocasiones recuerda a los Dark Souls desde el primer minuto. Aquí lo hace, a su estilo, pero lo logran sin que un parry convierta un Stellar Blade en algo más que un hack and slash. Son mundos diferentes, y en este caso el uso de armas con habilidades propias, tiempos de bloqueos o los pesos vuelven al primer plano.

¿Por qué es un acceso anticipado?

El modelo del early access es cada vez más común por un modelo de negocio que empuja la producción, y tanto este título como Hades 2 son ejemplos de ese triunfo desde diferentes perspectivas. Y el juego subraya su estado anticipado con detalles por pulir sobre todo en diseños del mapa y la traducción, pero apenas es relevante en la jugabilidad.

En la experiencia No Rest for the Wicked te hace olvidar que es un acceso anticipado con sus poco más de diez horas, si eres un rey del género. El descubrimiento de la ciudad principal tras el primer jefazo es la definición de ese crecimiento hasta olvidar el formato. Por la ambición de la misma, por lo grande que es y por lo que ofrece con respecto a la experiencia completa.

Y más allá de eso la promesa del DLLS es sólo un anticipo de una hoja de ruta sin fechas marcadas.