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Muere O. J. Simpson, el exjugador acusado de matar a su exmujer, a los 76 años: “Sucumbió contra el cáncer”

O. J. Simpson, en uno de sus vídeos para su red social (@TheRealOJ32)
Escribo de todo, y a veces incluso lo hago bien.

O.J Simpson murió el pasado 10 de abril tal y como ha comunicado su familia mediante las redes sociales del exjugador de fútbol americano. “El 10 de abril, nuestro padre, Orenthal James Simpson, sucumbió a su batalla contra el cáncer. Murió rodeado de sus hijos y nietos. Durante este tiempo de transición, su familia le pide que respete sus deseos de privacidad y gracia”, se publicó desde la cuenta de la red social X del propio exjugador. Simpson padecía un cáncer de próstata contra el que llevaba luchando muchos años atrás.

Simpson fue uno de los mejores jugadores de fútbol americano de los años 70. Hizo historia con los Buffalo Bills, equipo que le escogió en el Draft de 1969. Sus primeros años no fueron muy destacados, pero a partir del año 73 cambió la historia. Se convirtió en el primer jugador en superar las 2.000 yardas en una temporada, alcanzando la cifra de 2.003 yardas con 12 touchdowns. Nunca ganó una Super Bowl ni con los Bills ni con los San Francsico 49ers, equipo que le fichó en 1978 y donde acabaría retirándose. O. J entraría en el Salón de la Fama en 1985.

O. J Simpson: un juicio que cambiaría la historia

El 12 de junio de 1994, Nicole Brown Simpson, exesposa de la estrella de la NFL y Ron Goldman, camarero y amigo de Nicole, fueron hallados brutalmente asesinados en la casa en la que vivía O. J. Simpson. El exjugador apareció días después en las televisiones de todo el mundo escapando de la policía en su Ford Bronco de color blanco. Todas las pruebas apuntaban a que él fue el que mató a su expareja y a Goldman. Sin embargo, Simpson contrató para el juicio a un equipo de abogados de élite que fue denominado el Dream Team. La defensa estaba compuesta por personalidades como F. Lee Bailey, Robert Kardashian (padre de las famosas hermanas) y Alan Dershowitz.

Se convirtió en un juicio que dividiría al país en un momento de máxima tensión entre los blancos y los negros. El equipo y O. J. Simpson, que nunca había tenido complicidad por la gente de su raza tal y como aseguran amigos que le conocían, enfocó el juicio como un acto de injustica policial por el color de su piel. Un año después, el 3 de octubre de 1995, fue declarado no culpable de ambos asesinatos. A pesar de su libertad, su juicio se había convertido en un programa más de la televisión, por lo que su imagen quedó dañada para siempre.

"Cuando se conoció la noticia de que Nicole Brown había sido asesinada muy poca gente pensó que O.J. Simpson pudiera estar involucrado. Por eso, cuando la policía anunció que iba a presentar cargos en su contra, fue una bomba. El país se quedó en estado de shock. ¿Cómo podía ser? Nadie podía creer que él pudiera tener algo que ver con un suceso de este tipo", explicó Linda Deutsch, corresponsal de noticias para AP.

Ingreso en prisión

En 2008 volvió a ser enjuiciado por conspiración criminal, secuestro, asalto y robo en un casino de Las Vegas al intentar recuperar objetos que él consideraba suyos junto con un grupo de sicarios. Fue condenado a entre 9 y 33 años de prisión. En 2017, la audiencia de Nevada solicitó la libertad provisional de la exestrella de fútbol americano. Unos meses después, saldría en libertad condicional.

O. J., en sus últimos años

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