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Es Noticia

Poli Díaz se pica con Mike Tyson: ojo porque el español no va de farol

Poli Díaz, en una imagen de archivo (Foto: EFE)
Javier Santos

Bienvenidos a los años 80. Ese parece ser el eslogan que este extraño 2020 nos está dejando en el mundo del boxeo. Tras el comentado regreso del mítico Mike Tyson, ahora es el no menos célebre (al menos en España) Poli Díaz, quien se está entrenando para subirse de nuevo al ring. El Potro de Vallecas así lo ha reconocido ya públicamente, admitiendo que prepara, al igual que ex campeón mundial de los pesos pesados, un combate benéfico para el año que viene. "Si vuelve Mike Tyson, ¿por qué no yo?", ha explicado en Marca.

Poli Díaz es considerado uno de los mejores púgiles de la historia de España. El madrileño, criado en una familia numerosa y pobre, llegó a ser siete veces campeón de España, ocho veces campeón de Europa (llegó un momento en que ni siquiera le salían retadores) y dejó sin dormir a media España a mediados de 1991 en su combate por el campeonato del mundo contra Pernel Whitaker en Estados Unidos. Antes de caer en la drogadicción, el Potro había conseguido recolocar al boxeo en el escaparate principal del deporte español.

Poli Díaz, en su célebre combate contra Pernel Whitaker en 1991.

Hoy, recuperado de sus problemas de salud y habiendo logrado estabilizar su vida personal, Poli Díaz admite que el regreso de Mike Tyson, mucho más enfant terrible en el noble arte que el español, le ha puesto en bandeja la idea de entrenarse duro y volver a pelear en un cuadrilátero por una causa benéfica. "Hay que echarle cojones. No voy a subirme por cuatro duros, voy a traerme un título o lo que sea", resume el vallecano, a sus casi 53 años, en su particular forma de explicar las cosas.

Quedan muchos detalles por pulir, pero a Poli Díaz, cuando se le mete algo en la cabeza acaba consiguiéndolo. Así empezó en el boxeo, en su barrio, en el gimnasio del campo de fútbol. Y así fue ganando a pegadores de muchos más años que él, con la valentía con la que ha dejado atrás una vida de malas compañías y falsos amigos que se quedaron con buena parte del dinero que generó en aquellos años 80 que ahora parecen revivir dentro de los cuadriláteros.

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