El día más grande del año

Sabía que me resultaría duro, difícil, pero este año, este año precisamente, no podía ser que yo me quedara en casa mientras mis compañeros de 'fatigas' se agrupaban hasta formar una piña. Lagrimas en los ojos; nudo en la garganta.

Tras unos años de una ausencia para la que no encuentro explicación, y mucho menos una excusa, regresaba a 'esa esquina, a ese córner en el que siempre habían estado, y seguirán estando, esperándome. Es tan corta la vida que jugar a no ser uno durante 17 años resulta un acto obsceno.   Debería, para estar presente, tragarme el dolor propio y hacer frente al ajeno. Y es que uno, al no ser de piedra, padece porque es carne que sufre en el nombre de su propio corazón. Hace poco más de un mes se nos fue al más allá Enrique MARQUETA, llevándose consigo un jirón de la bandera amarilla y negra que cuelga al viento de La Florida en los días de partido. ¿Cómo sería un día con el Portu pero sin el?... Fue un partido 7 contra 7 para el que había dado mi nombre pero no comparecí. Me acerqué al campo de 'Los Llanos' para ver a mis 'jabatos' y verificar eso de que "el que tuvo retuvo".
  Al amparo de mis mayores descendimos hasta el bar de 'Txiru', otrora el 'Bertendona del Portu' a la espera de un palacio similar al de Ibaigane. En sus entrañas nos reuníamos antaño los jugadores; se firmaron contratos, se revisaron otros, se dieron bajas también. Hoy, todo el habitáculo era una larga mesa sobre la cual se repartían las viandas de un 'hamaiketako' a la una del mediodía.
Dentro y fuera, las paredes están cubiertas de plantillas, de onces que alcanzaron la gloria a pesar de su condición de juveniles a las órdenes de ese 'guru, de ese 'teacher' que fue Urbano Anda, entrenador, al mismo tiempo, de infantiles y juveniles; maestro que llevó a la gloria de San Mames a aquel equipo en el que jugaban dos presidentes del Club Portugalete: José Miguel Arrillaga Urrutikoetxea y Amable Martín Vidal, ausente el primero, presente el segundo, firmes, primero, rompan filas, después...  Un poteo en el Ojillo y en ese templo del marisco que, en la Calle 'Santa María', es la 'Casa Polvorilla'. Arrieta en ''Travesía Santa Clara'. 'Mari la txurrera' ("En la calle Coscojales/ donde Mari la churrera/ venden vinos especiales/ que no los toma cualquiera"), en el Coscojales de La Virgen de la Guía. No va más. Batallón cuesta abajo camino del Hotel donde tendrá lugar la gran gala del deporte que en la Noble Villa jarrillera no resulta al uso, pues los alabados y festejados no serán los futbolistas del presente, sino los del ayer, los de la semana pasada, los del año que murió, los del lustro que ganó en brillo, los de la década fascinante, los de años que uno prefiere no contar.
  Foto de familia dándole el fotógrafo la espalda a la Ría, a la que si miran los que se disponen a convertirse en 'comensales'. Abajo, sentaditos, nuestros mayores, el más longevo....hasta llegar a un Fede Egaña que asiste al Campo de La Florida como si no existiera un mañana y el ayer no lo hubiera conocido nunca.  El contable dirá "57" cuando le llegue la hora. Se pregunta si la cifra es suficiente, llamativa o escasa. No está mal.
Es cierto que a uno le habría gustado que el comedor del Hotel hubiera colgado el cartel de no hay billetes, todo vendido, lleno hasta la bandera, y como se necesita de más espacio, ya están tardando los que se alojaron y duermen la siesta, desalojen el hotel que hoy es día grande, enorme para la gran familia del Club Portugalete (cuyo equipo en vigor jugará al día siguiente), que se dispone a disputar el partido del año.
  Llama la atención la composición del dúo organizador: Julen Pinedo y Óscar Sainz 'Txitxi'. Reparen en el nombre de guerra del segundo: 'Txitxi', entre el lustro y la década vistiendo la camiseta de oro y hulla, ora a las órdenes del carismático Primi, futbolista jarrillero que, cosas del azar, no llegó a enfundarse la zamarra gualdinegra, pero sí a sentarse en el banquillo de La Florida y dirigir a sus muchachos durante cuatro temporadas, un período en el que el pequeño gran hombre realizó una más que estupenda labor. No ascendió al equipo a Tercera.
Cierto. Pero su proyecto rozó la escuadra hasta reventar en astIllas la madera. Luis de la Fuente, el 'Comandante', lo sucedió, con idéntica mala suerte pero con un fútbol que no tenía nada que envidiarle al llamado 'estilo Bielsa' que desfilara por la pasarela del 'Teatro de los Sueños'.
  Y con Primi y De la Fuente, Txitxi, uno de los jugadores de banda derecha más talentosos que han podido ver tantos y tantos ojos de aficionados que se agolpaban en la tribuna y en la llamada 'General'. Además de extraordinario futbolista y persona de descubrirse la cabeza, si es que uno la lleva tapada, o de reverenciarle a falta de txapela, visera o sombrero, Txitxi caló  muy hondo en la parroquia portugaluja.
Del mismo modo que él se calaba de esa manera de sentirse 'Rey de Portugalete' siendo, como era, 'Príncipe de Santurtzi' por ser la marinera morada la aldea que lo vio nacer ante la atenta mirada de Melchor, progenitor que una mañana, en calidad de entrenador del Erandio, habría de venir a La Florida para derrotar al Portu, el equipo de su hijo, un Txitxi que, desde el dique seco de la tribuna, lloraba como un niño al que, con descaro, se le está diciendo que "Los reyes son los Padres": Melchor es rey a la vez que padre de Txitxi; y ha venido a la casa de su hijo para 'joderle' la temporada, "Carbón te traigo, hijo mío; los reyes son los padres; heme aquí: padre tuyo soy con nombre de rey, Melchor".
  Distribuida la tropa por batallones, dio comienzo el rancho. Por edades, por equipos, por afinidades. El triunfador fue, con ventaja, Primi, que logró congregar en su mesa al grueso de la plantilla de dirigió en aquellos cuatro años maravillosos. Primi, de Portu, no jugó en el Portu; Txitxi, de Santurtzi, dejó profunda huella en las dos bandas derechas del rectángulo de La Florida, y encima, dirigiendo con Julen Pinedo, la directiva bicefalica que mantiene la llama del Portu de los ausentes en el césped de hoy, de los que bregaron en el verde del ayer, porque ayer comprende todo lo que no sea este presente rabioso de los chicos que dirige Carlos Docando.  Uno, cada uno es dueño de su dolor y borracho de sus días de gloria...¡echa de menos a tanta gente!!!... Se consuela el cronista con saber que la mayoría de los que lo acompañaron sigue viva. Se lamenta, al mismo tiempo, por esos otros que, como a 'Europa' le sucedió, fueron raptados sin la esperanza de un rescate. Rogelio 'Juramentos', Alberto el de la cuadrilla de Clemente que se dejó ver en ETB2, Pagoaga, Ismael, Aldasoro, Tomás Casas...
Un etcétera que por muy corto que sea se me antojara siempre largo, muy largo, ancho, anchísimo, y, sobre todo, profundo, como un saco roto como un pozo sin fondo como un precipicio sin suelo como caída en pesadilla que no cesa como despeñarse hacia el centro de la tierra y luego más... Contacto con el verde de La Florida. Grito su nombre: ¡Marquetaaaaaa!... pero el cadaver, ay, sigue muriendo. Una ovación cerrada por 'Fatxeti' (Txutxi, Esteban... ¿dónde estais?) antes de hincarle el diente al alimento. Un minuto de silencio por el resto de los futbolistas y directivos caídos en la desigual e injusta batalla de la vida. MARQUETA no está.
  Todos lo sentimos. Pero hay alguien, tan solo uno, que, enemigo del fingimiento, no lo puede disimular: DONADO, la pareja de baile que a 'Facceti' se le asignó en el centro de la defensa jarrillera cuando a La Florida llego luego de medrar en el San Pedro y en "La Union" de San Vicente. Me fijé mucho en el cuando durante toda la jornada lo tuve delante. Y aunque amagaba en regalo sonrisas sinceras, en sus ojos  se reflejaba una tristeza infinita: Donado: 'El de la campa del Carmen'. Emilio, 'el Cuerpo', ilustre central que nos vino del Barakaldo. Txomin, central conmigo en el bienio dorado del Capataz. Amable Martín que fuera juvenil de oro. Y un tal 'Luis' que no dará crédito cuando, ya en el Touluse, reciba unos elogios deportivos que le harán reconciliarse  con la existencia.  La comida ya fue pero nadie se mueve de sus asientos. Turno para el galardón. Que serán tres. Pero bien mirado, cinco. Así como el cazador resulta cazado en el dicho, Julen Pinedo y Txitxi , almas que mantienen vivo el espíritu de este evento maravilloso, serán obsequiados por el Club, voz y manos del presidente, Edu Rivacoba, con preciosas camisetas, dos, la distintiva del equipo y esa otra segunda blanca con ornamentos que a uno le parece muy cuca.
José Miguel Perez Larrinaga, 'Larri', (como futbolista, el que escribe disfruto y padeció bajo 'su imperio presidencial') es el 'directivo' homenajeado con la metálica enseña del Club: Miguel Villaba, directivo actual, presidente del extinto y glorioso 'Estrella', se la entrega. Y cuando el turno de los futbolistas veteranos ya es, a punto de ser anunciados los merecedores de las dos insignias.
  uno, en su ingenuidad, cierra sus ojos a la espera de escuchar su nombre. Pero de inmediato los abre porque entiende que por delante de él hay un tal...¡Pablo Cerrajería! "Vaya, me ha tocado la lotería", tontería que a la hora de escribir se le ocurre a uno porque le da vértigo alcanzar la figura de un futbolista que, a pesar de estar muy poco tiempo en La Florida, dejó tanta huella que su paso bien vale toda una vida y esta insignia que le clava en la pechera su buen amigo Jontxu Zabala 'Zabalita'. Cerrajería, el aita de Galder, medio centro del Barakado que un día compartiera medular con Ander Iturraspe en el Bilbao Athletic que dirigía el comandante Luis de La Fuente.  Falta que del bombo salga el último premio gordo. Y es que, señoras y señores, que a un futbolista veterano del Club Portugalete le sea impuesta la insignia por tan distinguida condición es experiencia honorífica comparable tan solo al premio Nobel de Literatura que recibió en Oslo José Saramago. El impositor, el imponente, porque su figura en verdad impone, es Rafa Angulo, miembro de una saga, con casa solariega a las puertas de La Florida, muy respetada y querida. Y el que recibe, el del galardón, el sujeto de homenaje, es... ¡Txema Garaizabal!... En dos ocasiones recibió la misma visita que llamó a la puerta de la casa de un león llamado Yeray.
  Y así como el rojiblanco le dio 'pal pelo' al enemigo brutal, 'Gari', que sabe mucho de panes, escogió el kurrusko más duro para, en onda 'Davidiana', lanzarlo contra ese cancer, puto cancer, que a traición atacó a Marqueta. Si en vez de por detrás, le hubiera venido de cara, tal vez, quizás, ojalá, por qué no, Enrique Marqueta  habría sido el divo, la estrella de esta gala, la fiesta de los gigantes. En sus manos, el plato de solomillo. La cámara lo mira y él se gusta. Tiene ganas de reír... pero finge tan completamente que hasta finge que es verdad la mentira de que esta muerto.  Esto ha sido todo, amigas y amigos que os divierte el fútbol de verdad. Nos vemos en la próxima caricatura... ¿Si?
  Post-Scriptum:  Por sugerencia de un compañero, reflejo el 'once tipo' de la temporada 1983-1984. En ese ejercicio, el Portu recuperó la Preferente de la mano de Manuel Varela Pernas, 'El Capataz'. MARQUETA tenía 36 años, y con esa edad se retiró del fútbol federado, que no del Club Portugalete y sus veteranos. Andaba sobrado Enrique 'Marqueta' Benito de Valle, pero, objetivo cumplido, había dejado al equipo donde lo había tomado. Pernas jugaba con un 1-4-3-3, que, al de unos minutos, se desfiguraba por incorporarse el libero 'Manzi' al centro del campo, a mi lado el fenómeno que nos vino del Erandio...                                                            Ortega Lizundia                                    Aldai          Marqueta  Manzisidor    Trimiño                                  Edu Riol (Juantxu Cangas)   Luis      Txus 'Puntilla'                                                 Trigo (Pinto)      Ciri              Vázquez

Por Luis Mª Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista del Portugalete Club y periodista