Ondoa: “Cuando necesitaba a un padre, Eto’o estaba ahí”

Fabrice Ondoa es un chaval atípico para su edad. Con 21 años y más de una veintena de partidos internacionales en la selección absoluta de Camerún, el guardameta del Sevilla Atlético demuestra una madurez impropia para su edad. Tenía a N’Kono como ídolo y quiso ser portero para hacer feliz a su padre, un fanático del exguardameta camerunés. A pesar de que su progenitor no estuviera entusiasmado con el fútbol, con 12 años, la buena estructura de La Masía le convenció para que su hijo creciera como futbolista. Después de haber pasado por las categorías inferiores del Barcelona y tener a Eto’o como segundo padre, Ondoa charla con ElDesmarque en la Fundación Tres Culturas para contar cómo le ha cambiado la vida.

 -¿Cómo llega Fabrice Ondoa en al mundo del fútbol?
Jugábamos en los barrios en Camerún y no había campos. Entonces Eto’o tuvo una idea de hacer una fundación con una parte social y la parte principal era de fútbol. Él quería ayudar a los chavales con talento que no tenían esa posibilidad. Mi padre no quería mucho que yo jugara por los estudios. Samuel organizó un torneo y de ahí se hacia una selección de 22 jugadores de las dos ciudades más grandes de Camerún (Yaoundé y Douala). A partir de ahí empecé a jugar. Fui mejor jugador y mejor portero del torneo. Entré en la fundación Samuel Eto’o y a partir de ahí vino todo. Con 12 años me fui a la Masía.
-¿Cómo convencieron a tu padre?
Vino el entrenador de la fundación a habar con mis padres y entonces Samuel Eto’o vino de sus vacaciones también a hablar con mi padre para convencerlo. Quería decirle que el chaval iba a viajar a Barcelona para seguir estudiando. Que iba a entrenar pero que también iba a estudiar. Mi padre no sabía cómo funcionaba el tema de las canteras. El Barcelona prioriza los estudios de los chavales porque no se sabe lo que puede pasar el día de mañana. Le explicaron como funcionaba la Masía. Por la noche teníamos clases de refuerzo con gente que nos ayudaban. Para mí al principio fue complicado, el idioma, hablar castellano y las clases de catalán. Teníamos profesores de refuerzo. Me costaban las matemáticas y esto convenció a mi padre para que me dejara ir a la Masía."Para que mi padre estuviera feliz, decidí ser portero"
-¿Qué nivel de importancia tiene Samuel Eto’o para Fabrice Ondoa?
Siempre ha estado ahí . Justamente era más fácil cuando estaba en el Barcelona. Cuando se fue a Italia la cosa se complicó un poco. Hablamos por teléfono cuando él estaba en el Inter. Siempre ha estado conmigo. Cuando necesitaba un padre Eto’o estaba ahí. Realmente es algo que siempre le he agradecido y por eso le dediqué la Copa de África. Siempre ha estado tanto en los buenos como en los malos momentos.
-¿Por qué decides ser portero?
Mi padre era un fan de N’Kono y cuando él volvía del trabajo ponía videos de N'Kono en partidos antiguos. Cuando queríamos ver los dibujitos mi padre ponía a N’Kono en la tele. Yo siempre quería hacer a mi padre feliz y que estuviera orgulloso de mí. Yo le preguntaba, “Papá ¿por qué te gusta te gusta ver los partidos de N’Kono en blanco y negro?. Y me decía: no veo a uno igual de bueno que N’Kono”. Entonces, para que mi padre estuviera feliz decidí ser portero. Y así empecé en el barrio. N’Kono era increíble y era mi ídolo. Su forma de ir arriba. Eso me llevó a ser portero.
-¿Le conoces?
Sí es muy buen tío. En esta Copa de África me ayudó. Cuando tenía 18 años y fui a mi primer partido en la selección contra Congo ganamos 0-2. Después jugamos en Camerún contra Costa de Marfil y les metimos 4-1. Hice un gran partido y N’Kono me escribió para felicitarme. Me dijo que hacía muchos años que no vemos a un portero jugar así con 18 años en y hacerlo como lo había hecho. De vez en cuando mantenemos el contacto. En esta Copa de África estuvo presente con sus consejos.
-¿Cómo te ha cambiado la vida?
Soy uno de los pocos que tienen suerte de tener una buena familia en Camerún. Mi padre tiene una gran empresa de electricidad y mi madre era secretaria del gobierno. He tenido la suerte de que siempre me ha ido bien. Pero donde he crecido hay niños con mucho talento que no han tenido la suerte de tener a Samuel Eto’o. El dinero no es tanto par la familia, porque mis hermanos están bien también. Hace poco fui a visitar una cárcel para ayudar. Juego al fútbol para ayudar a los demás. Ojalá pueda hacer una fundación para ayudar a los chavales que no han tenido mi suerte y mis posibilidades. Si te dan una oportunidad creo que tu también tienes que dar oportunidades."Mi sueño es estar entre los tres mejores porteros del mundo"
-¿Y el técnico que más te ha marcado?
Probablemente, García Pimienta en las categorías inferiores del Barça. En cadete y juvenil, dos años. Me marcó porque fue un padre para mí. Hubo ese cambio que Samuel se fue a Italia y la cosa se complicó un poco. Cuando hablaba con él se quitaba la capa del entrenador y se ponía a darme consejos. Tenía 16 años, un portero africano que ya entrenaba en el primer equipo y esto se me subió a la cabeza. Bajé las notas, suspendí las matemáticas y el mismo me castigo sin jugar un Espanyol-Barcelona que allí es como jugar un Sevilla-Betis. Aquello me hizo reflexionar mucho. Tenía una relación más intima con él. Me dijo: “chico te estás equivocando”. Siempre se lo agradeceré.
-¿Cuál es tu sueño en el mundo del fútbol?
Ser profesional y estar entre los tres mejores porteros del mundo.