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La sonrisa del Villamarín

Bellerín y Miranda celebran el primer gol (foto: Kiko Hurtado).
Siguiendo al Real Betis y al Sevilla FC

De oreja a oreja. Con una amplia sonrisa salieron los béticos del Benito Villamarín después de ver la necesaria victoria del Real Betis contra el Celta de Vigo. Llevaba demasiado tiempo mustio, cuatro derrotas consecutivas, y generando dudas sobre si a este ritmo pelearía por Europa. Los de Manuel Pellegrini se reencontraron con su mejor versión, la que hace felices a los suyos.

Como diría Luis Aragonés, en una de sus múltiples frases de su infinitivo repertorio futbolístico, el Betis debía ganar por lo civil o por lo criminal. Y es que los heliopolitanos no vencían desde el pasado 25 de febrero, cuando se impusieron al Athletic. Demasiado tiempo, parones incluidos, para un conjunto que en la era Pellegrini ha demostrado un gen ganador.

Y ganó. No fue una victoria cómoda. Vista, por ejemplo, la primera parte donde el Betis estuvo espeso y plano, incapaz de cambiar el ritmo en la zona de tres cuartos. Era una continuidad de jornadas atrás. También hubo componente de sufrimiento final con el gol gallego que recortaba distancias. Nadie dijo que fuera fácil el triunfo.

Isco Alarcón contra el Celta de Vigo (Foto: Kiko Hurtado)

Pero de por medio, en casi toda la segunda parte, el Betis volvió a iluminarse. De la mano de Isco, que nuevamente sacó la chistera, también de Fekir, quien pese a partir desde el banquillo, se reivindicó con juego y un golazo, extraordinario el tanto. Fue el Betis añorado por los béticos en estos meses. Capaz de llegar, de soltarse y de generar fútbol. La noche y el día la primera y la segunda parte.

El camino se comenzó a allanar con el gol de los laterales. Los carriles, con el foco puesto tantas veces esta temporada, se reivindicaron. Asistencia de Bellerín, remate de Miranda. Su primer gol en la campaña, como también se estrenó Fekir con el zambombazo a la escuadra con la derecha, previo recorte con la izquierda. Arte, en las previas de Feria.

Las palmas, en los prolegómenos de la fiesta sevillana, volvieron a sonar en un Benito Villamarín que aclamó a Isco, que de nuevo mostró su confianza en Manuel Pellegrini y que saboreó otra vez una victoria. Eso que todo lo calma y que hace que la sonrisa vuelva a los aficionados. La razón del fútbol, ganar. Vencer, y esta vez, también convencer. Tres puntos que, de momento, dejan al Betis este fin de semana en el séptimo puesto, ahora europeo.

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