Sergio Ramos reta a Gonzalo Montiel en el Mundial de Clubes tras una dura entrada: "¿Qué miras?"

El choque entre River Plate y el Rayados de Monterrey en el Mundial de Clubes finalizó 0-0 tras un choque cargado de tensión y dureza entre ambos clubes en el que Franco Mastantuono fue MVP al ser de los pocos que aportó algo de calidad. Si hablamos de piques no podíamos obviar a dos ex del Sevilla como Sergio Ramos y Gonzalo Montiel que se las tuvieron tiesas y dejaron una de las imágenes del choque.

Hasta ocho tarjetas amarillas se vieron en el choque del Rose Bowl de Pasadena aunque ninguna de ellas fue para dos jugadores que se han caracterizado durante sus carreras por no cortarse ante sus rivales. Las defensas (y Andrada) se impusieron a los ataques y ahí tuvieron mucho que ver dos futbolistas que no coincidieron por poco en el Sevilla

Gonzalo Montiel salió del conjunto hispalense en agosto de 2023 para jugar la 23/24 como cedido en el Nottingham Forest sin demasiado éxito. Apenas unos días después regresaba al cuadro de Nervión Sergio Ramos tras 18 años de su marcha al Real Madrid.

Ambos no llegarían a coincidir en el vestuario sevillista ya que el ahora capitán de Monterrey acabó contrato el 30 de junio y ese verano el lateral de River regresó para jugar sus últimos seis meses con la camiseta del Sevilla. Esto se notó en el pique que ambos tuvieron en el encuentro disputado en tierras californianas y que nos dejó una curiosa imagen.

El pique entre Sergio Ramos y Gonzalo Montiel en el River Plate-Monterrey

Tras habérselas tenido tiesas con varios jugadores de Rayados de Monterrey, Gonzalo Montiel corrió a por un balón cerca de la línea de fondo pero no sabía lo que se le venía por delante. Sergio Ramos, que llegaba con facilidad, se tiró con los dos pies por delante para despejar la pelota a saque de esquina y, no contento con ello, retó a su rival.

"¿Qué miras?", le espetó al futbolista argentino con una media sonrisa al más puro estilo Leo Messi (sin el "bobo") que también reprodujo su rival sin perder el contacto visual. Ahí tuvo que llegar el árbitro del partido, Slavko Vincic, para evitar que la cosa fuera a mayores y calmar al sevillano.