El Watford y su "delegación" en Pucela

Giampaolo Pozzo es un empresario dueño del Udinese italiano y del Watford inglés, hombre de negocios cuyos tentáculos han llegado hasta Valladolid a través de varias cesiones del equipo británico, una para el primer equipo y seis para el filial, que se ha convertido en una especie de "consulado" de Pozzo.José Anselmo Moreno
Aunque desde el Real Valladolid se dice que no hay nada firmado en cuanto a una posible vinculación al accionariado del club y que solo es "una voluntad de ayuda", lo cierto es que han llegado hasta cinco colombianos y un venezolano al Valladolid B, todos ellos cedidos por el Watford, además de Sulayman Marreh al primer equipo.
Junto a su hijo Gino, Giampaolo Pozzo ha montado una especie de emporio con la adquisición de muchos jugadores en propiedad, de diversas nacionalidades, y de los dos clubes mencionados, además de haber participado en el accionariado del Granada hasta este verano.
El hecho de que casi todos los cedidos al Valladolid B sean colombianos hace recordar que el club de Zorrilla fue "la puerta" a Europa de los primeros jugadores de esa nacionalidad que llamaron la atención en este lado del Atlántico, como Leonel Álvarez, René Higuita, Carlos Valderrama o el entrenador Pacho Maturana.
Los primeros futbolistas cedidos para este temporada al filial de Segunda B fueron los mediocentros Alvarado y Montenegro y los delanteros Becerra y Luis Suárez. Algunos de ellos jugaron en el filial del Granada y ahora llegan al club vallisoletano, que nunca había recurrido a este tipo de cesiones para su cantera.
El central venezolano William Daniel Velasquez, internacional sub 20 en su país, y el también colombiano Jorge Andrés Segura completan la nómina de cesiones al equipo de promesas.
El empresario italiano estuvo hace varias semanas en Valladolid, visitó las instalaciones y, en aquel momento, además de cerrar la incorporación de Sulayman al primer equipo, tuvo la oportunidad de conocer el club y de hablar con el presidente, Carlos Suárez, y con Miguel Ángel Gómez, director deportivo.
Ambos han recalcado varias veces que no hay ningún compromiso firmado, ni se contempla una entrada en el accionariado del club, que solo se trata de ayudas puntuales. Estos jugadores llegan gratis y parte del dinero destinado para formar el filial, que milita en el grupo I de Segunda B, se puede emplear para la primera plantilla.
Mientras todo esto sucede, la cantera local vive su mejor momento de las últimas décadas. Incluso están germinado futbolistas jóvenes de pueblos muy cercanos a Valladolid, como el central Fernando Calero (Boecillo) o el delantero Miguel de la Fuente (Tudela de Duero) en una dinámica que evoca, y mucho, un tiempo en que el club se abastecía casi siempre de lo más próximo.
Jugadores internacionales como Eusebio y Goyo Fonseca (La Seca), Patri (Villalba de los Alcores) o Pedro Duque (Piña de Esgueva) son solamente algunos ejemplos de una época que no conocía esa globalización que ahora ha traído hasta Valladolid a jóvenes futbolistas con otro acento y, obviamente, con otros objetivos.
Si para los futbolistas criados aquí, su sueño es debutar en el Valladolid, estos jugadores sudamericanos que han arribado al filial vienen a formarse y, si su progresión es buena o muy buena, volverán a su club de origen, y sin rédito alguno. Ese es el problema.
No obstante, este modelo de cesiones del Udinese y del Watford le fue bien al Granada. Mientras el equipo de Udine se hacía fuerte en Italia, el Granada, de la mano de los empresarios italianos, ascendió desde Segunda B a Primera en sólo dos temporadas con cesiones de jugadores de la familia Pozzo a su primera plantilla.
Sin embargo, este Pucela de Watford y esta nueva forma de captar jugadores es vista con cierto recelo por la afición vallisoletana que, pese a ello, está respondiendo bien en la campaña de abonados, ya que el club "atesora" actualmente casi diez mil socios en su cuarta temporada consecutiva en Segunda, algo que no sucedía desde la década de los setenta.
Urge el ascenso, apremia, atosiga... y, en este contexto, vale cualquier senda o nuevo camino. Tal vez por ello, y porque el fin justifica los medios, ahora se buscan otras teclas que "pulsar".