Valencia 1 - 0 Levante: la chilena de Hugo Duro hace respirar al Valencia

El derbi valenciano volvió a ser lo que todos esperan: tensión, nervios, un gol anulado, jugadas vibrantes y un Mestalla rugiendo como en las grandes noches. El Valencia se llevó tres puntos fundamentales gracias a un golazo de chilena de Hugo Duro, que salió desde el banquillo para firmar una obra de arte y liberar a su equipo de una racha peligrosa. El Levante, que arrancó con fuerza, volvió a desinflarse en la segunda mitad y seguirá una jornada más buscando encontrar el gol.

El plan del Levante se apaga y el Valencia acelera

Julián Calero llegó con un guion distinto al habitual: liberar a Carlos Álvarez en ataque, armar el centro del campo con un triple ancla (Vencedor, Elgezabal y Oriol Rey) y presionar la salida de balón del Valencia. Durante los primeros minutos, funcionó. La presión alta incomodó a los blanquinegros y un control exquisito de Carlos Álvarez generó la primera gran ocasión del partido: Oriol Rey, solo dentro del área, la mandó arriba.

La respuesta del Valencia llegó con una ocasión clarísima: Danjuma cazó un rechace defectuoso de Ryan tras un disparo de Beltrán, pero su remate también se fue por encima. Entre fogonazos de Javi Guerra, que apareció con intermitencias pero siempre generando peligro, el partido crecía en intensidad.

Poco a poco, el Levante dejó de pisar el área rival. Los delanteros se retrasaban para formar una muralla de cinco hombres en el centro del campo… pero ahí emergió Gayà, que se adueñó del carril izquierdo y empezó a romper el bloqueo. Una conexión suya con Danjuma provocó el córner que terminó en gol de Diego López… un gol que el VAR anuló por un fino fuera de juego. Mestalla lo celebró, protestó y, de nuevo, apretó los dientes.

Hugo Duro firma el momento del año

El campo ya estaba completamente inclinado hacia el área del Levante. El Valencia olía el gol y Mestalla, también. Y entonces llegó el instante que definió el derbi.

Centro medido de Gayà. Hugo Duro observaba el balón descender. Ajustaba el cuerpo. Y conectaba una chilena perfecta que entra como un misil. Un golazo para parar el tiempo. Mestalla explotó. El delantero, suplente en los últimos partidos, liberó toda la rabia contenida con un gesto: “aquí estoy”.

El Levante, aun tocado, tuvo una última bala: Morales, tras un error de Agirrezabala en la salida, se plantó casi solo. Levantó la cabeza, ajustó… y el balón salió rozando el palo. Ahí se terminó el derbi. Ahí se quedó el Levante: con la derrota entre los dedos.

El resumen