El parón de selecciones es una gran oportunidad para desconectar. Si bien frena el ritmo competitivo de los clubes, que apenas habían empezado a trabajar tras la vuelta de vacaciones, también contagia energías y sensaciones. Precisamente esta pausa para coger aire es lo que necesitaba el Atlético de Madrid. Los rojiblancos no han comenzado con buen pie la temporada y sus estrellas, como Julián Álvarez, no han brillado con la intensidad necesaria, de esa que gana puntos (y títulos, a la larga).
Los minutos de los argentinos con la albiceleste han sido luz en el túnel donde se han metido los de Simeone, convencido de que puede dar la vuelta a esta situación. ¿El ejemplo perfecto? Sus propios jugadores y el orgullo con el que defienden la camiseta nacional.
Volver a tu país, a jugar delante de tu gente, siempre es un placer. Tiene un sabor más especial, si cabe, para los argentinos, por lo que Julián Álvarez, Thiago Almada, Nahuel Molina, Giuliano Simeone y Nico González cruzaban el océano para 'desintoxicarse' y resetear tras los malos resultados del Atleti en el comienzo de LALIGA.
A pesar de no poder presumir de ningún gol (la Araña pudo hacer el primero pero prefirió sacar a relucir su generosidad) en el duelo contra Venezuela, Almada, Nico y Julián se convirtieron en los asistentes de la noche, otorgando el protagonismo absoluto a Leo Messi y a Lautaro Martínez (que también podría haber sido jugador de Atlético de Madrid).
LA ASISTENCIA DE JULIÁN.
LA DEFINICIÓN DE MESSI.
QUÉ GOLAZO, POR FAVOR. 🇦🇷🚬pic.twitter.com/j0TSoZMw37
— Sudanalytics (@sudanalytics_) September 5, 2025
Los noventa minutos del enfrentamiento dejaron claras varias cosas: que Leo sigue siendo el número uno y que el futuro de la albiceleste pasa por el Metropolitano, y viceversa.
No falta fútbol, tampoco talento, ni carácter. No necesitan ejemplos, porque se tienen a ellos mismos. Las franjas, aunque de diferentes colores, se deben defender de la misma manera y solo así se podrá revertir una situación que aprieta, pero no ahoga a ni a líderes ni valientes, pero mucho menos a campeones. Y de esos necesita varios el Cholo Simeone. Su primer deber es hacer que se lo crean.