Impotente, vulnerable... ¡Pobre Athletic!

“El Athletic toca fondo", titula su crónica mi compañero Asís Martín. Ahora que con la [terrible] pandemia se ha impuesto lo de 'las no fiestas', Garitano, creyendo con ello evita 'contagios', se ha decantado por el 'no juego', 'no partido', 'no gano'. Perder se ha convertido en costumbre. Mal hábito. Vicio. Los jugadores se han 'enganchado'. Impotentes. Vulnerables. Los 'leones' tienen 'mono'. Pobre Athletic Club. Partiendo de la nada, que diría Groucho, han alcanzado la más absoluta de las miserias. En Mendizorrotza, 'matxin', un solo martillazo ha servido para clavetear el enésimo féretro en el que el enemigo brutal lo ha encerrado para evitar desvío en su triste regreso a la casa de Lezama. ¿Hablar de fútbol? Es pregunta que se hace la masa [social]. Si cabe. Si es de recibo. Si el asunto va de eso. De técnica. De táctica. De estrategia. De preparación física. Si lo que el equipo tiene es dependencia a una sustancia dañina, ¿acaso no cabría una una terapia pactada por los servicios médicos del Club? Psicoterapia. Porque si "el Athletic ha tocado fondo", ¿de qué se trataría? ¿qué vendría a continuación? ¿cavar? ¿escarbar con las garras? ¿agua en el centro de la tierra? ¿fuego y azufre en el inframundo? ¿buscar el infierno como posesos? ¿Quo vadis, Athletic? ¿Quo vadis, 'Athletic de Garitano? Porque este Athletic, que ha mostrado sus miserias ante un glorioso borracho de pobreza, se ha convertido no ya en un equipo de autor, sino en el 'Club de Garitano'.

Muy a su pesar. Piensa y cree uno. No es plato de buen gusto, y sí de conllevar empacho, que sea el entrenador el que se trague todas las preguntas que en rueda de prensa se le lanzan. Todas las opiniones que los periodistas, negro sobre blanco, grabamos en las pantallas a fin de que de seguido sean leídas. Y como al quite de tanto embiste solo acude él, desde los asientos de un San Mamés vacío, la afición asiste a la lucha desigual de un héroe que resiste el acoso del bestiario. Porque, como un 'liberto' llamado 'Eki' insiste, sin visos de hartazgo, en el espacio que el DMQ Bizkaia ofrece a sus lectores para opinar , "Garitano vete ya, Alkorta sobras, Elizegi donde estás". El pueblo, a falta de un foro en el que expresarse, vierte de su corazón las penas. En el DMQ Bizkaia encuentran desahogo. Que no es poco. Ayuda al necesitado. Porque cuando sienten su pecho, ya muy cargado y deshecho, parten la carga contigo, medio digital, impagable 'desmarque', en el que encuentran amparo.

Que se vuelve desesperanza. Esa frustración que provoca creer que, de un momento a otro, detrás del telón de fondo de esta trama zurigorri, abierto de par en par, aparecerán otros personajes que no sean 'Truman'. Porque en 'Truman' han convertido a Gaizka Garitano los directores de esta trama que está adquiriendo tintes de tragedia. Y así como en la 'peli' llega un momento en el que el pobre 'prota' rompe un cielo de papel, ansiosos, los que por televisión esta serie seguimos. Y es que no hay dios que aguante. Que 'Eki' tenga todas las razones encerradas en lo escueto de "Garitano vete ya, Alkorta no pintas nada, Elizegi donde estás". No es justo, no. No lo es. Y hasta cruel me resulta que la cruz de este terrible 'calvario' la tenga que arrastrar Garitano. Me duelen sus palabras. "Trabajo, Fe, Unidad". Al esfuerzo apela. A que mañana será otro día y toca ir a Lezama para "trabajar". Mirar hacia adelante. "Cambiar pesimismo por optimismo". "Ganar partidos" para "ganar confianza". Confiar. "Trabajo, Fe, Unidad". Como si fueran las virtudes teologales. Pedid y se os dará. Pide centros. Pide remates. Pide goles. Le acaban de traer a Berenguer. De Turín. Donde se venera la 'Sindone'. Sábana de resurrección que podría quedarse en un mero sudario. Sudario de sudor. El que algunos, muchos, creen que los futbolistas del Athetic no vierten. Porque no trabajan, porque no tienen fe, porque están cada uno a lo suyo y no al concierto de este Club universal. "Millonarios prematuros". Ventajistas que se acuerdan de Marcelo Bielsa en lo malo de una tormenta acompañada de truenos.

"Lucas les ha reactivado; Lucas nos ha enredado". Hay que ver. Salta desde el banquillo un solo hombre y el Athletic, a la deriva. 'Titanic' más que nunca. Que se quede solo en película, querido compañero. Y aunque para gabarras no esté la cosa, "hay que estar unidos, trabajar, que esto acaba de empezar". La "mella que hace ser incapaces de golear". La "necesidad de estar perfectos a la hora de defender". Porque si no, viene el tío "Lucas" y nos "da" más "problemas" de los que ya tenemos. "Juntos". Nos cuesta "enlazar". Palabras sueltas. Frases que se repiten. Garitano habla dibujando un círculo. Y no cesa hasta que la circunferencia se cierra. De profesión, 'sus labores'. Ingente es su labor. Hablar mientras los que deberían hacerlo callan. "Ganas de trabajar, no hay más secretos". "Animar a los chavales". "Alkorta, no pintas nada", le acusa Eki al Director Deportivo del Athletic. "¿Elizegi, donde estás?", le pregunta al presidente. "¿Acaso crees que yo soy el guardián de Garitano?", le contesta Aitor con el más absoluto de los silencios. Así las cosas, sin Alkorta, sin Aiarza, sin Elizegi, más solo que la Luna, Garitano, al despertar, pensará en Lezama. Que es 'Cantera'. Donde trabajar. Picar piedra. Modelar cubos graníticos. Apilarlos. ¿Cantera de futbolistas? ¡Cantera de esclavos! ¿Quién más que el esclavo se esfuerza y suda? Metáfora cruel sería que sobre la 'meseta de la Misericordia' se terminara alzando la pirámide de un entrenador. La 'crónica' del Deportivo Alavés - Athletic ha terminado. No habrá nada más que contar.