La dicotomía y el mensaje de Gaizka Garitano
Bien sabe cualquier aficionado del Athletic Club que el fútbol no le debe nada a nadie, pero sí que al menos ofrece una oportunidad de revancha cada poco tiempo. En el caso del Athletic parece que va a ser mucho, ya que el hecho de que la segunda jornada haya quedado aplazada hace que los 15 días entre el partido ante el Granada CF y el encuentro ante la SD Eibar parezcan un largo pozo. Cuando pierdes sabes que va a ser así. Los resultados negativos suelen dejar mal rollo y más aún si se concatenan con los del reciente final de la anterior temporada. De hecho, el equipo de Gaizka Garitano ha perdido cinco de sus seis últimos partidos de LaLiga Santander si se juntan ambos torneos, que no parecen tener de momento brecha entre uno y otro, sinceramente. El conjunto rojiblanco ha reanudado sus entrenamientos en este caluroso lunes en Lezama después de analizar lo que fue la tercera derrota consecutiva en el Nuevo Los Cármenes. Un campo que empieza a ser un laberinto, como cantaba 'Barricada'.
Los leones, tras disputar un buen primer tiempo en el que tuvieron un par de ocasiones de gol, bajaron el diapasón en la segunda parte y fueron noqueados tras 10 minutos horribilis que les costaron los dos goles de la derrota. Un resultado amargo, agravado por la sensación de Déjà vu previsible del juego vizcaíno.
Un Athletic que ni arre ni so en su fútbol...
A veces la duda desespera. Aparte de dar palos pónganse en la piel del entrenador. El equipo abusó del balón en largo, con las rifas de Unai Simón y Yeray que sólo Raúl García puede bajar; pero cuando quiso jugar en corto desde atrás cometió varias pifias de Dani y De Marcos que incidieron, por ejemplo, en el tanto de Luis Milla. Claro que adolecieron de su habitual falta de pegada dejando una vez más la portería rival a cero, pero menos entraban en los cálculos los despistes defensivos que hicieron volar los tres puntos que te hacen verte penúltimo en la tabla junto al recién ascendido Cádiz CF. Es casi pretemporada, pero molesta... lo mismo que la elección de un once que hacia sospechar que iba a ser mal recibido a nada que algo se torciera.
Es pronto para caer en dramas aunque alguno le tenga ya el técnico de Derio entre ceja y ceja. Lo cierto es que a todos los equipos les está costando arrancar tras una pretemporada corta, atípica, repleta de problemas y de falta de fondo físico.
¿Cabe pedirle más valentía en su once a Garitano?
Sin duda, aunque sólo él sabe cómo estaban sus chicos de biorritmos en esa semana. Pero el míster derioztarra tendrá que lidiar con esa difícil dicotomía entre el obtener resultados constantes y experimentar con nuevas cosas que enganchen la ilusión de unos aficionados bastante castigados por el mero hecho ya de no poder ir nunca a San Mamés. Gaizka Garitano debe entender que el mensaje es importante. Los buenos resultados tapan el trámite y el relato, pero los malos resultados los desnudan. Tal vez demasiado, porque algunos se sienten invitados poco menos que a una lapidación en las redes sociales. Es terriblemente injusto, en mi opinión, incluso triste en un Club en el que la paciencia debería ir de serie, y más jugando sin apoyo a puerta cerrada, pero en las manos del míster está elegir si lo de morir con sus ideas es signo de firmeza o de cabezonería.
