Así se hizo, paso a paso, el espectacular tifo de Gol Sur 1907 en el derbi
La afición del Real Betis volvió a ser lo único reseñable en un derbi ante el Sevilla FC. Ya en el día previo el Benito Villamarín se convirtió en un infierno, en busca de impregnar a la plantilla el veneno que luego no supo trasladar al terreno de juego. No obstante, y más allá del resultado, si algo dio la vuelta al mundo fue el espectacular tifo de Gol Sur 1907. Uno de los mejores que se recuerdan por Heliópolis. Como ya comentó ElDesmarque, el mismo se empezó el pasado 10 de octubre y se terminó justo un mes después, el propio 10 de noviembre. 30 días y algunas madrugadas de esfuerzo en los que incluso se llegaron a pasar noches enteras preparándolo, por la magnitud del mismo. Ahora Gol Sur 1907 ha desgranado cómo se gestó el mismo. "Elegimos dos figuras importantes para nuestra ciudad, como son las estatuas del Rey San Fernando, de la Plaza Nueva, y la estatua del Cid Campeador, que encontramos frente al Rectorado".
Una vez decidido el diseño, aproximadamente un mes antes del derbi, se pusieron manos a la obra para pasar las más de 700 cuadrículas a la tela. "Tardes y tardes marcando la tela, los colores en los que se debía pintar y demás. Tened en cuenta que el diseño tenía unos 30 metros de alto X 57 de ancho. Un trabajo de chinos, pero necesario para que más tarde, cada detalle resalte de forma adecuada y hagan del tifo un perfecto «lienzo»", desliza la web de la grada.
Trabajo a destajo en el tifo
"A la misma vez que se iban marcando con rotuladores las tiras de tela, unos cuantos nos poníamos con la costura, ardua tarea. Las tiras irían en vertical. Primero se encajaba una tira con la siguiente, viendo que las marcas hechas con rotulador encajasen y posteriormente comenzábamos a unirlas. En total, 35 tiras verticales que harían los 57 metros que tenía el tifo de ancho".
La costura, un contratiempo
"Al principio, muy bien. La máquina iba como la seda. Pero pronto empezaron los problemas: la aguja se rompía, la máquina se atascaba e incluso alguna pieza se partió. Estuvimos más de una semana sin coser, con la máquina en el taller. Tiempo que aprovechamos para seguir marcando tela y avanzar en otras cuestiones".
Pero los problemas no acabaron ahí. Las fuertes lluvias en la ciudad provocaron algunos contratiempos más, que obligaron a trabajar a contrarreloj y destajo para secarlo y terminarlo a tiempo.
Ya en las horas previas al partido, el mismo sábado, se probó el tifo. "Tras un rato probando, subiendo y bajando el tifo, desplegándolo y recogiéndolo, vimos algunos errores, algunas cosas que podrían fallar, y otras que se podrían mejorar un poco más. Con lo cual, la prueba del tifo fue clave para que al día siguiente, todo saliera perfecto y no hubiese nada que lamentar".
Finalmente, tras un mes de trabajo, el Benito Villamarín volvió a lucir más bonito que nunca. Un esfuerzo con muchísimas horas y personas trabajando por ello, sin más objetivos que demostrar su pasión por el Real Betis. Una familia unida.
