En verano, las cremas solares se convierten en el aliado perfecto para ir a playas, piscinas, pantanos, hacer senderismo... Aunque lo ideal es utilizarlas durante todo el año, sobre todo en el rostro, en esta época del año son claves para plantar cara a la radiación solar, siempre y cuando se combinen con el resto de medidas físicas.
Antes de comprar una crema solar, lo más conveniente es conocer tu piel para poder elegir la que mejor se adapte. De acuerdo a esto, hay que fijarse en dos cuestiones: el factor de protección solar (FPS), el famoso +30 o +50, y el filtro solar.
Respecto a esto último, se diferencian tres tipos de filtros solares: minerales, químicos y biológicos. Para saber qué tipo de filtro lleva cada protector solar, basta con mirar la lista de ingredientes de este e identificarlos, aunque hay muchos protectores que los combinan.
Los filtros minerales, también conocido como físicos o inorgánicos, "son sustancias de origen mineral que lo que hacen es funcionar a modo de pantalla. Nos protegen del sol y de la radiación ultravioleta porque cuando esta llega a la piel, la reflejan", explica la Dra. Leire Barrutia en su canal de YouTube.
Al hacer función de barrera, no se absorben, cuestión que puede ser ventajosa para algunas pieles:
Sin embargo, la desventaja de los filtros minerales es que "como actúan a modo de pantalla van a ser más espesos y blanquecinos y son menos agradables de poner", apunta la misma.
Óxido de zinc, oxido de hierro y oxido de titanio son algunos ejemplos de los filtros minerales.
Por otro lado están los filtros químicos, que "son lo más polémicos" y no porque no sean seguros, sino porque "se absorben y transforman la radiación ultravioleta que nos llega en calor", como por ejemplo, mexoryl o tinosorb.
Estos "son muy agradables, pero su pega es que al absorberse, algunas pieles sensibles o con alergia al contacto se pueden irritar", destaca la dermatóloga.
Además, algunas investigaciones apuntan que los filtros químicos "pueden estar relacionados con la alopecia frontal fibrosante, sobre todo en mujeres con la perimenopausia. Lo que se observa es que el pelo comienza comienza a salir más para atrás", explica la facultativa. No obstante, tranquiliza diciendo que "es algo que tener en cuenta, pero tampoco es alarmante".
Por último, Leire hace referencia a los filtros biológicos que destacan por "incorporar en los fotoprotectores antioxidantes para evitar la formación de radicales libres, que es el daño que generan en nuestra piel agentes dañinos como la radiación solar o la contaminación".
Esto significa que si escogemos este filtro "mejoramos la capacidad antioxidante de la piel que además ayuda a reparar el daño solar".