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Estas son las pruebas que diagnostican una lesión de ligamento cruzado anterior como la de Gavi

Gavi en el momento de la lesión del ligamento cruzado anterior. (Cordon Press)
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

Este lunes, el FC Barcelona ha emitido un comunicado confirmando los peores presagios para Gavi: rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y una lesión asociada al menisco externo. En estos momentos son varios los futbolistas que están de baja por una lesión similar, tales como Neymar, Courtois o Militao.

Cuando un deportista, sea o no de élite, explica a su médico, fisioterapeuta o cualquier otro profesional relacionado con el manejo de deportistas, que se le ha ido la rodilla hacia adentro, ha notado un chasquido, se le ha inflamado la zona minutos u horas después de este y no es capaz de seguir haciendo deporte, dicho profesional considerará conveniente hacer una serie de pruebas diagnósticas.

Pruebas manuales para diagnosticar una lesión de cruzado

Desde el punto de vista manual, es decir, sin dispositivos específicos, existen tres pruebas para comprobar si el ligamento cruzado anterior está lesionado, indica Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) a ElDesmarque.

El objetivo de estas tres pruebas es buscar un exceso de holgura en la articulación, es decir, un exceso de laxitud de la tibia respecto al fémur en comparación con la pierna sana. "Son pruebas de estabilidad, no reproducen ningún tipo de dolor en el paciente", asegura el fisioterapeuta.

  • Test del cajón
    ¿Cómo se hace? El deportista flexiona la rodilla 90º y la cadera 45º y apoya el pie sobre la camilla. El profesional intenta mover hacia adelante la tibia, empujando con las dos manos por la parte de atrás y superior de la tibia. Si el ligamento cruzado anterior, situado en el interior de la rodilla, no opone resistencia, la prueba es positiva. Esto significa que dicho ligamento está lesionado.
  • Test de Lachman
    ¿Cómo se hace? El paciente se sitúa en posición decúbito supino, es decir, boca arriba y flexiona la rodilla unos 20-30º. El profesional sitúa una mano sobre el fémur y con la otra empuja la tibia adelante. Ante este movimiento, se debe valorar el desplazamiento que hace la tibia, en comparación con el otro lado.
  • Test de pivot shift
    ¿Cómo se hace? El paciente se sitúa en posición decúbito supino y el profesional sostiene la pierna por el talón elevando la cadera a 45º con extensión total de rodilla. Este sitúa el pulgar por la cabeza del peroné, rota hacia adentro la tibia, junto con el tobillo y la rodilla, y aplica una fuerza en valgo sobre la rodilla -fémur y la tibia se desvían hacia adentro- mientras flexiona la rodilla levemente. Dicho test es positivo cuando el profesional nota un chasquido característico.

El presidente de la AEF señala que no basta con ejecutar una sola prueba, sino que se deben hacer las tres. En primer lugar porque la prueba del cajón no es la más confiable, teniendo en cuenta que el resultado puede estar sesgado por la contractura que se genera en los isquiotibiales después de la lesión dando así un resultado negativo cuando en realidad el ligamento sí que está roto.

Por otro lado, las otras dos pruebas restantes tienen un valor predictivo muy alto. La prueba de pivot shift tiene un valor predictivo positivo alto, es decir, "si nos da positivo podemos confiar mucho en que se tiene una lesión del ligamento cruzado anterior" y con la prueba de Lachman sucede lo contrario, tiene un valor predictivo negativo alto, es decir, "si no observamos mucha holgura podemos concluir con bastante fiabilidad que el deportista no tiene una lesión del ligamento cruzado anterior".

Pruebas instrumentales para confirmar el diagnóstico

A pesar de que las pruebas manuales tienen un alto grado de fiabilidad, las instrumentales son las que confirman definitivamente el diagnóstico. Las pruebas a las que se recurre para comprobar el grado de lesión del ligamento cruzado anterior son:

  • Artromotor: consiste en un sistema mecánico que lleva la tibia hacia adelante y ve la holgura respecto al lado sano. Cuando dicha holgura supera los milímetros de corte, en comparación con la otra, se determinar que la prueba es positiva.
  • Resonancia magnética.
  • Artroscopia -la más confiable-: se observa la rodilla por dentro y se ve si existe rotura del ligamento, bien parcial o completa.

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