4 averías derivadas de conducir el coche muy bajo de revoluciones 

Teniendo en cuenta cómo están los precios de la gasolina y el diésel, son muchos los conductores que en los últimos tiempos han decidido intentar llevar a cabo una estrategia diferente en cuanto a su manera de conducir buscando evidentemente reducir el consumo de sus coches.

Es más que cierto que, si se lleva a cabo una conducción relajada evitando grandes acelerones, grandes frenadas, distribuyendo mejor el peso conduciendo siempre con la marcha adecuada sin revolucionar el exceso el motor, el consumo de combustible de los coches suele reducirse.

Problema es que muchos conductores esta notando por, creyendo que van a reducir el consumo, circular en algunas ocasiones con marchas demasiado altas a revoluciones muy bajas, algo que acaba provocando averías importantes en la mecánica.

Las averías por circular con pocas revoluciones

El hecho de circular, por ejemplo, en cuarta o quinta marcha pero velocidades muy bajas provoca no tan solo que el coche no tenga potencia suficiente a la hora de afrontar según que maniobras y que, por lo tanto, sea algo peligroso, sino que puede acabar provocando averías serias en el motor.

En el caso de los motores ya más veteranos, llevar a cabo este tipo de conducción implica una serie de vibraciones que puede acabar provocando roturas en algunas partes del motor. Por lo que respecta a las mecánicas diésel, el filtro de partículas y la válvula EGR acaban teniendo un volumen de carbonilla que pueda acabar derivando en problemas y en visitas al taller

Por último, esta carbonilla también se acumula más rápidamente en el catalizador, en este caso ya sea de un motor diésel o un motor gasolina, lo que puede acabar provocando que incluso no superemos las pruebas de la ITV es lo que se refiere a emisiones.

Es por eso que, si bien es cierto que conducir con marchas altas acaba reduciendo el consumo, hay que hacerlo siempre a un nivel de revoluciones que lo acabe dañando al motor.