Una plata para reflexionar
La decepción por la derrota sufrida ante Alemania en la final del Europeo no debe ocultar el éxito que supone sumar una nueva medalla para una selección española de balonmano, que volvió a mostrar en Polonia su mejor virtud: la fiabilidad.Javier Villanueva
Ningún equipo, ni tan siquiera la todopoderosa Francia, puede presumir de la regularidad del conjunto español, que, con la excepción de los Juegos Olímpicos de Londres, no ha faltado desde el año 2011 a su cita con las semifinales en ninguna gran competición internacional.
En este lustro los "hispanos" han enriquecido su palmarés con un nuevo título mundial, el conquistado en España en 2013, un bronce mundialista -Suecia 2011- y otro continental -Dinamarca 2014-, además de la medalla de plata cosechada el domingo en Cracovia.
Estos éxitos pueden ser, paradójicamente, el origen de los problemas sufridos a lo largo del torneo por el equipo español, especialmente en ataque, donde siempre dio la sensación de que los rivales tenían de sobra conocidos los movimientos de los de Manolo Cadenas.
Los títulos, las medallas, en definitiva, el protagonismo de la selección en los últimos tiempos han convertido en objeto de estudio el juego del equipo español, que salvo en pequeños matices apenas ha presentado novedades en su arsenal táctico en los últimos campeonatos.
A este problema hay que añadir la lentitud con la que en demasiadas ocasiones se movió el conjunto español en ataque, lo que condenó a los "hispanos" a sufrir ofensivamente ante cualquier rival, falto de gol, como se encargó de recalcar una y otra vez a lo largo del torneo el propio seleccionador nacional.
España logró solventar estas dificultades a base de oficio y madurez hasta llegar a una final, en la que el equipo español sucumbió definitivamente a sus problemas ofensivos, tal y como confirman los tan solo seis goles (10-6) que fue capaz de anotar en el primer tiempo.
Una falta de gol que preocupa, sobremanera, al seleccionador Manolo Cadenas, consciente de los padecimientos, no solo ya en este campeonato, sino también en el pasado Europeo de Dinamarca y en el Mundial, del conjunto español para anotar con asiduidad en los encuentros con los "grandes rivales".
El técnico español tratará de solventar estas carencias en las próximas citas potenciado el juego de contraataque, un arma que España, salvo en contadas ocasiones, apenas pudo lucir en Polonia, y dotando de una mayor velocidad al ataque estático.
Esto no implicará, como el propio Cadenas reconoció, grandes cambios en las próximas convocatorias, aunque sí puede haber novedades, en busca de potenciar un lanzamiento exterior que, una vez más, volvió a ser el talón de Aquiles del conjunto español.
Y es que, por lo visto en Polonia, la selección española necesita una actualización de sus planteamientos o al menos recobrar el dinamismo y la fluidez que le faltó en este Europeo si quiere lograr el billete para Río 2016 en el durísimo preolímpico que tiene por delante.
Los "hispanos" se medirán con Suecia, Eslovenia e Irán, tres rivales que pondrán a prueba la capacidad de reinvención de un equipo español que no debe renunciar a las esencias de su filosofía de juego, pero sí recuperar esa chispa que el paso del tiempo parece haber desgastado.
