Dos Valencias, un sentimiento
Alguien tendrá que poner cordura, inteligencia, pausa y seriedad en el Valencia CF. No debe ser tan difícil. El esperpento ya dura demasiados años. Entre listos, tontos, espabilados, chuletas, figurones esta entidad pasea desde hace tiempo una imagen de ridículo total.
Cada vez lo que pasa es más grave, cada vez nos asusta menos todo. Lo que hoy parece locura es superado al día siguiente. Nunca hay paz, nunca hay seriedad, nunca hay respeto.
No me gustaron las formas de Amadeo Salvo para llegar y no me han gustado para salir. Fue virulento en el inicio y utilizo la intimidad en el final. Nunca un tema personal, afectivo, privado, debe ser utilizado en público. El dolor y la tristeza se llevan dentro nunca se utilizan.
Pero su marcha deja miles de dudas y de preguntas en el aire que yo personalmente no me haré. Porque ni las contestaría, ni las entendería.
Pero sí que es cierto que el huracán Salvo ha dejado el patio dividido. Sobre todo en los medios de comunicación. Dos vertientes antagónicas han convivido con una agresividad impropia de la preparación periodística hasta límites que sobrepasan el recto cuidado de una maravillosa profesión.
Muchos de sus vehementes atizadores es curioso no han mamado el valencianismo en su infancia aunque se presenten ante ustedes como los grandes salvadores de la patria. Es más se unieron a la fiesta cuando su carnet sobrepasaba la veintena de años. No lloraron las tres copas del rey perdidas consecutivamente, ni el descenso dramático pero constructivo a segunda. No, entonces, no estaban para enseñarnos.
Pero todo este circo les ha dividido a ustedes que son, no lo olviden nunca, los que mandan. Les ha enfrentado. Ha sacado lo mejor y lo peor y ahora se sienten confusos y desnudos. No entanden nada y no saben por dónde tirar. Su líder abandona y ahora aparecen las dudas. ¿Es Nuno el culpable?, ¿los nuevos dueños? , ¿Mendes se está riendo de nosotros? … Preguntas que se repiten en su interior y que crean desasosiego.
No es fácil sonreír la verdad porque el fútbol para los valencianistas es algo indescriptible. Yo mismo llevo un tiempo enfadado, molesto, preocupado y bastante abochornado, porque hace mucho deje de creer en los besos a los escudos y en las palabras.
Ahora nos queda esperar. Pero no olviden que siempre nos quedará la primera visita con nuestro padre de la mano a Mestalla, el primer llanto de celebración, las primeras lágrimas de dolor o el fiel amigo que se marchó y en su caja de madera y de despedida estaba la bandera de su Valencia, porque eso ni unos ni otros lo compraran jamás, eso no se negocia, eso no se olvida.
Carlos Egea
Periodista
Venga por favor!! Y si no añade el motivo personal todo el mundo estaría acrivillando porqué? Eso es mentira...etc hay que mostrar la verdad y punto. Amadeo Salvo es muy grande y tu artículo en cierta medida no es digno.