La soledad del corredor
Ahora es muy fácil correr, ahora todos saben de atletismo popular, ahora todos dan lecciones magistrales, ahora es de locos… no correr. Pero antes no.
Y cuando digo antes no hablo de la edad de piedra, hablo de hace 30 años. Cuando el corredor era un valiente al que la gente insultaba. Cuando ni había información, ni grandes zapatillas, ni sistemas de entrenamiento, ni grandes patrocinadores, ni nada. Cuando el corredor era un proscrito, un endemoniado.
Ahora es muy fácil subirse al carro ganador. Pero para que eso sea el brillante presente del corredor popular muchos se dejaron la vida en los despachos, en infinitas reuniones, en discusiones eternas y porque no en asfaltos mundiales.
No sé si fue el más importante, para mí, sí, pero en esa historia de desvelos, llantos y alegrías estuvo Toni Lastra. Siempre Lastra. Junto con algunos locos más fundó la Sociedad Deportiva Correcaminos, pionera en el mundo y ejemplo de como un club se convierte en una familia.
No voy a escribir mucho de esos logros porque son conocidos. Hoy me quedo con el amigo, con el profesor, con el contador de historias, con el del pantalón corto y eterna sonrisa.
Y hoy triste y enfadado por su marcha, recuerdo algunos kilómetros, mil historias, muchas entrevistas en radio y alguna negociación dura. Me acuerdo cuando me decía que llevaba tres o cuatro años sin dejar de entrenar un día, sus peleas con patrocinadores para rascar una peseta, su devoción a su club, su pasión enfermiza por crecer y hacer importante su Valencia corredora.
Hoy me acuerdo de sus hijos, de sus mil columnas en Las Provincias, de sus mil gestos de victoria cuando llegaba el primer corredor, y el último en la maratón. De mis hermanos, amigos infinitos del bueno de Toni, de su querida Eliana.
Hoy los que fueron, son y serán corredores, y están de luto. Hoy su Levante UD esta tristón, hoy la vida se lleva a un grande. Un grande del deporte de verdad, de los de pantalón corto, zapatillas. y a correr. Hoy Valencia está triste y porque no, en deuda con uno de sus grandes hijos.
Hoy tras mucho tiempo sin hacerlo me voy a poner las zapatillas y voy a salir a trotar, arrastrarme o lo que sea. Por recuerdo, por cariño o por reconocimiento. Y miraré al cielo y daré las gracias por conocer al corredor, al maestro y sobre todo al amigo.
Carlos Egea
Periodista / Socio SD Correcaminos
Precioso... No lo conocía pero por tus palabras ha sido una gran pérdida. Mi más sentido pésame a familiares y amigos. DEP
Gracias Carlos. Hoy, la familia maratoniana, hemos perdido un padre, un compañero y un amigo. Hasta siempre Toni Lastra.