La sartén por el mango
Si ya sabía yo que iban a ganar tres partidos seguidos, sólo me equivoqué en el momento; si ya sabía yo que sería con una jornada intersemanal, pero no en la primera; si ya sabía yo que tapando mi boquita, lo mismo el equipo empezaba a parecerse al que mordía en la pretemporada… No sabía nada. Me la jugué y perdí. Ahora no me la jugué y volví a perder, aunque lo que importa es el equipo y ganó.
La defensa, las estelares apariciones de Savanovic y Ellis, las manos rápidas (para robar y también para perder) de Calloway, la visión global de Kirksay y la pujanza de Triguero. Las virtudes ahí están y nadie las pone en cuestión. ¿Y los flagrantes problemas?
Plaza tiene la sartén por el mango. Llegó a una ciudad desencantada desde hace muchos años con el baloncesto. Prometió, como todos, guerra y que quería estampar su nombre en la historia del club recuperando el prestigio de una entidad que antes era alguien. Y Plaza, insisto, tienen la sartén por el mango para meterse en los despachos y argumentar que con lo poco que hay, mucho se está exprimiendo. La mala planificación no la solapan ni los cinco triunfos ni que el catalán haya taladrado la cabeza de sus jugadores con el erre que erre de que son los que mejor defienden del mundo.
Asselin-Ager: se ha pasado de tener en la pista a dos jugadores complementarios y que ayudan en la pretemporada a que con sólo uno inscrito no aporten nada ninguno. Flaquea el juego interior en el puesto de ala-pívot, aunque Savanovic se esté multiplicando; flaquea el juego exterior, aunque Ellis se esté multiplicando. Entre unos y otros, la casa barrida por Kirksay.
Más: Lorbek, compañero de buen rollo, de no escaquearse en los entrenamientos, de echar una mano, no ha dado ese mínimo que se le exigía y para que meta un triple, siendo esloveno de pura cepa, hace falta casi un milagro.
Otro: Calloway sube y baja veloz, como es él. Igual te rompe el partido con triples en Granada que se complica la vida con las pérdidas enfrente de bases menores contra el Xacobeo. Él quiere muchos minutos, pero a veces se le va la pinza y no hay ese suplente en el que confíe Plaza.
Con desperfectos evidentes, el equipo es sexto, sueña con la Copa, con volver a la fase por el título y hay que quitarse el sombrero, más aún pensando en que en Badalona o ante el Lagun Aro se pudo ganar y el equipo estaría aún más crecido. Pero Plaza sabe de qué va esto y que ahora está en una posición de fuerza para hablar con los que mandan y decirles que necesita al menos un tirador y un ala-pívot que pueda turnarse con Savanovic, aunque Cabanas no ha desentonado cuando ha jugado.
Que se preparen Ollero y Chaves para recibir al primer entrenador, pese a que este club está habituado a cambiar 20 piezas si va mal, no cuando el viento sopla de cara.
