‘Inmisoricorde’
Dicho de una persona: Que no se compadece de nadie. He ahí el significado de inmisericorde. No he sido yo un defensor a ultranza de Andrés Miso, para qué engañarnos. También creo que las duras críticas que ha recibido por mi parte estaban más que justificadas, por mucho que me dijeran desde el club que el chaval tiene calidad (lo sé, le endosó 5 triples al Caja en Fuenlabrada, en una temporada en la que hizo valoraciones que superaron los 30 puntos), que es buena gente (tampoco lo dudo) y que se agobia al no estar rindiendo a su nivel en Sevilla, donde lleva más de dos años y entre pitos y flautas tampoco ha destapado el tarro de las esencias después de que se pagara un traspaso por él.
Cuando has visto a alguien elegante y con un talento en ataque por encima de la media, te quema la sangre que no dé una a derechas cuando defiende los colores de tu equipo. He sido inmisericorde con él porque no hallaba explicación a su batacazo hispalense, por mucho que salvara los muebles el curso pasado como recurso ejerciendo de base o algún partido suelto medio bueno que hizo.
Recuperar al Miso del otro día contra Estudiantes, con cuatro triples, dos de llos en momentos cruciales, tomando responsabilidades, asistiendo, penetrando, esforzándose en la defensa, su punto débil, sería una de las bazas de este Cajasol de Joan Plaza. Ahora bien, como quieran que rinda como base, todo saltará por los aires. Será como si a Tyrone Bogues lo colocan a defender a Ralph Sampson.
