Gracia y algunas preguntas

¿Tan malo es Espinho como para no jugar un minuto en lo que va de temporada? ¿Por qué tanta insistencia con Duda, cuyas virtudes no están para 90 minutos? ¿Acaso Horta necesita otros 35 partidos en Liga para hacer ver que, como mucho, quizá en un futuro lejano sea un jugador de nivel? ¿Qué hay de Juanpi, de lo más talentoso de la plantilla? ¿No es conveniente un trabajo físico con Tighadouini para ir introduciéndolo poco a poco en el once? Si el año pasado se fue valiente con Castillejo, Samu y Juanmi a las pocas jornadas, ¿por qué no con Fornals, que aporta al juego el criterio que no tienen las cualidades de Tissone? Si falta talento en el ataque, ¿por qué no probar con un trivote, resguardarse y jugar a la contra? ¿De verdad Cop puede servirle al equipo incrustado en la banda, cuando lo que más ha demostrado en pretemporada es que si de algo puede presumir es de remate? ¿No hay un mejor tirador de penaltis en el plantel? ¿Es que no está programada esa situación? ¿Por qué se ejecutan cada vez peor las jugadas a balón parado, cuando debía ser uno de los recursos más utilizados por un conjunto al que precisamente no le sobra la calidad?
Éstas son algunas preguntas que me hago, y seguramente me olvide de alguna, tras ocho jornadas de Liga disputadas. Javi Gracia es el menos culpable de la situación de un Málaga maniatado por su coyuntura económica, la inacción (hasta ahora, supuestamente) del jeque Al-Thani, un deficiente diseño de plantilla y una gestión que va a polémica semanal. Pero, como técnico, tiene responsabilidad tanto en lo bueno como en lo malo. Tanto cuando el equipo empata heroicamente en el Bernabéu como cuando sale de Mestalla haciendo el ridículo ante un Valencia que ganó 3-0 casi sin querer. El técnico blanquiazul tiene crédito, se ha ganado el derecho a la confianza y seguramente este equipo tan carente de alma estaría en peor coyuntura clasificatoria si no fuera por él. Pero la zona de descenso no espera a nadie. Urge la toma de decisiones y no precisamente el empecinamiento en algunas medidas que no están funcionando. "Locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes", dijo Einstein. Gracia no puede permitirse volverse loco. Aunque sea casi imposible, con lo que tiene alrededor.