De botellón en el Consejo
A Juan, el entrenador que este sábado se cruza en el camino del Levante, le echaron entre mojito y mojito. No recuerdo el cumpleaños que celebraban (era un consejero, eso seguro) tras aquella reunión en la que el director deportivo sentenció a Juan Ignacio y propuso a Joaquín Caparrós como nuevo técnico. Mientras algunos consejeros y ejecutivos apuraban sus cubatas, JIM esperaba impaciente y con poca esperanza la llamada decisiva, pero el teléfono sonó ya demasiado tarde y el entrenador se vengó como buenamente pudo: puso una excusa barata para aplazar la reunión con Manolo al día siguiente y plantó al club sin poder anunciar la destitución. Tampoco quiso verse con el presidente, así que citó a su jefe deportivo en una cafetería y dejaron el asunto zanjado. Y eso que a Manolo le caía simpático Juan. Quedaban, comían, cenaban y tomaban alguna cerveza juntos muy a menudo. Juan, como siempre, escogía una Heineken en un vaso con hielo. Mucho menos, nada básicamente, alternaba con el presidente, con quien nunca tuvo buena sintonía. La decisión de prescindir de Juan fue un acierto porque Caparrós salvó al equipo con la gorra por mucho Keylor Navas que quieran vender, pero la verdad es que es poco probable que Manolo se sienta tan cercano a un entrenador como con Juan Ignacio.
Aun con copas de por medio, la decisión de prescindir de JIM estaba tomada semanas atrás y comunicarlo en el Consejo fue un mero trámite… como casi todas la resoluciones deportivas en este club. Esta semana, sin embargo, me sorprendió leer en Marca que Quico Catalán aseguró a Javier Tebas que para dimitir de su puesto en la RFEF, tal y como le pedía el presidente de la Liga para presionar a Villar, debía consultarlo antes con su Consejo. Sorprende, digo, porque el máximo organismo del Levante lleva solo una reunión en casi cuatro meses y poco ha debido consultar en todo este tiempo. Algunos de esos consejeros, por cierto, andan cruzados con el director deportivo. Un sentimiento recíproco en Manolo, que sigue en sus trece y tiene su futuro decidido.
Hay otro en este Levante que también piensa en lo que vendrá el curso que viene y tan seguro está de sí mismo que aunque el asunto pinta mal, ya anda preguntando cuál es la mejor zona de la ciudad para vivir con niños y los mejores colegios de Valencia.
Casa en Valencia, no sé si colegios, estuvieron a punto de buscar en enero los centrocampistas Verza (Almería) y Montoro (Recreativo). Como comparten agencia de representación, a Manolo se le ocurrió que quizás sería más fácil que aceptaran esta jugada a tres bandas: el Levante fichaba a los dos jugadores; Verza venía ya a Valencia; Montoro se iba cedido al Almería hasta junio y en verano firmaba varios años en su casa. La operación era fantástica, pero no cuajó. Ya veremos este próximo verano porque los dos acaban contrato. Mis filtraciones…
Pedro Zamora
Periodista COPE Valencia.
[quote]Caparrós salvó al equipo con la gorra[/quote] Festival del humor.