Oulare, ¿ya está aquí el nuevo Lukaku?

Cuando empezó la presente temporada, pocos habían oído hablar de él más allá de los conocedores del fútbol base belga. En agosto arrancó la Jupiler pro League, una de las mayores fábricas de exportación de talento, y media Europa empezaba la tarea de encontrar a la nueva joya emergente. En las agendas de tanto scout no aparecía, ni en el margen, el nombre de Mamadou Obbi Oulare, que por entonces aún contaba con 18 años y goleaba en el filial del Club Brujas. Por encima suyo había cuatro delanteros que en el primer equipo copaban una delantera bien cubierta. Pero en el seno del club ya había runrún con ese atleta que se calza botas de fútbol, un delantero que desde su 1,96 observa desde lo alto un futuro brillante que ya ha asomado con toda la fuerza que este prodigio atlético es capaz de imprimir a sus acciones. El secreto ya se ha desvelado y, pese a haber jugado solo tres partidos de liga como titular, todos los ojeadores han mandado su pertinente informe sobre Oulare: hay que ficharlo.

Michel Preud’homme, su técnico, está dosificando con maestría las apariciones del joven talento, que en la selección sub19 belga ha hecho cinco goles en sus seis partidos. Le hizo debutar en septiembre dándole media hora ante el Genk y le dio la titularidad ante un par de bajas que le despejaron el camino para formar de inicio frente al Kortrijk. Aquella tarde en Brujas las cartas quedaron hacia arriba. Las ganas de Oulare le hicieron lesionarse por el tremendo esfuerzo y la intensidad que le metió a todas sus acciones. En los 55 minutos que aguantó sobre el césped dejó un gol, un palo y una serie de controles y potentes carreras que le presentaron ante el mundo del fútbol como la mayor promesa belga para su delantera. La comparaciones con Lukaku o Benteke fueron inevitables y es que Oulare es el mismo perfil de jugador físico, pero acompañando a sus músculos calidad para asistir, jugar de primera o controlar balones imposibles.
Pese a su brillante irrupción, que hizo que su club se apresurara a ampliarle el contrato y blindarlo, su entrenador no se dejó llevar por la corriente y no volvió a darle la titularidad en liga hasta cuatro meses después, intercalando sus apariciones entre las rectas finales de los partidos ligueros, la Europa League y la Copa belga. Fue en un complicado duelo de semifinales ante el Mechelen cuando de nuevo Oulare confirmó todo lo bueno que puede ofrecer. Al Brujas se le atascó este rival hasta que el joven punta, que en enero cumplió 19 años, hizo dos goles salvadores. Gracias a ellos, los suyos disputan la final copera este domingo ante el Anderlecht.

Aprovecha los minutos hasta en la Europa League 

Siempre que le han dado minutos los ha aprovechado, también en la brillante Europa League en la que el Brujas se ha metido en cuartos siendo el único equipo invicto de la competición. En la ronda de dieciseisavos, Oularé le marcó al Aalborg en la ida y en la vuelta y, aunque no anotó, fue clave en octavos para remontarle al Besiktas. Con la eliminatoria 0-1, el belga entró a falta de media hora y los turcos no supieron cómo frenarle, siendo decisivo para darle la vuelta al marcador.

Y es que para cualquier defensa resulta un problemón tener delante a un atacante de casi dos metros con un físico más propio de alero de la NBA. Además, como sabe jugar el balón y tiene una carrera potente, tampoco es buena idea alejarlo del área, pues te mata con espacios a la espalda de la defensa. Si le dejas recibir en el área, es complicado robarle el balón porque lo protege y lo juega con precisión; si consigues sacarlo a tres cuartos, cualquier envío al espacio le permite explotar su velocidad y superar a su defensor.

Una carrera movida

La carrera de Oulare ha sido movida. Con sólo nueve años lo reclutó el Anderlecht y, una temporada más tarde, fue el Lille el que lo pescó como ha hecho con otros talentos belgas que pronto se lleva a su academia en Francia. En las filas del equipo galo estuvo hasta los 15 años, pero algo no debió funcionar cuando con 16 se fue a otro de los grandes belgas, el Standard de Lieja. Tampoco cuajó allí y, con 17, fue el Brujas el que firmó al atacante para su segundo equipo. Un año después, estaba redactando un nuevo contrato para blindar a un delantero que ha disparado su cotización.
Con los grandes de Europa peinando siempre la Jupiler pro League, nadie sabe qué pasará este verano, si algún club se aventurará a ir a por él ya o preferirán esperar un año más a que confirme lo mucho que está apuntando. Quizás si eso ocurre, ya sea tarde para pagar un precio accesible. El mercado manda y el gol se paga más que nada.

Hijo de futbolista

Para guiar su carrera cuenta con su padre, que conoce bien todo lo que está pasando pues él pasó por algo similar. Souleymane Oulare, nacido en Guinea Conakry, fue el mejor jugador de la liga belga en 1999, marcando 17 goles para el Genk, lo que valió un buen traspaso al Fenerbahce. Pero su carrera lejos de Bélgica no fue lo brillante que apuntaba, ni en Turquía ni en su posterior paso por Las Palmas. Con los canarios jugó en Primera anotando cinco goles en 14 titularidades, lo que le llevó al Stoke City un año después.
Allí, su carrera sufrió un inesperado revés, al sufrir un trombo sanguíneo que le dejó todo el año fuera de acción. Eso sí, llegó a la recta final para anotar un gol clave en el playoff de ascenso, marcando en el minuto 115 frente al Cardiff en una histórica eliminatoria que aún recuerdan en Stoke-on-Trent. Después, regresó a Bélgica para jugar una temporada más y retirarse también de su selección en 2004, cuando su hijo empezaba a patear balones en el FC Brussels.

Comparaciones inevitables 

Las comparaciones con Lukaku son inevitables: los dos son hijos de exjugadores y Oulare tiene ahora la misma edad con la que el Chelsea pagó 20 millones por Lukaku, ahora en el Everton. Eso sí, el del Brujas mide cinco centímetros más, lo que sólo verle entrenar impone.
También Benteke, otro delantero de origen africano que supera el 1,90, salió de Bélgica por una cifra de dos dígitos, en este caso al Aston Villa aunque teniendo ya 21 años. Son los espejos en los que se mira el que se ha convertido en la mayor irrupción a su edad de la actual temporada en Europa. Ahora, falta por ver si corona su gran año en las tres citas que tiene por delante: la final de copa belga este domingo, el playoff definitivo en la liga en el que parten como primeros y los cuartos de final de la Europa League en los que se medirán al Dnipro con opciones muy reales de plantarse en semifinales. Lo mejor de la temporada para el Brujas está por llegar y, para Oulare, lo mejor de su carrera sin duda también está por delante.
Miguel Ángel Vara