Otro monumento, pero para Álex

El Carranza ha visto nacer esta misma semana un monumento que sirve de merecido homenaje a la afición del Cádiz, esa que, como decía nuestro querido Manolo, va a muerte con su equipo 'sin importarle que nunca vayan a ser campeones'. Esa filosofía parece haber calado muy hondo en Álex Fernández, que ante el Almería dio su enésima exhibición, demostrando que es un jugador llamado a tener un sitio muy importante en la historia del club.

Terminó el encuentro y, tras atender a los medios, el centrocampista alcalaíno se dio en solitario una vuelta al ruedo celebrando con furia el valioso triunfo. Agarrándose el escudo, como si hubiera 'mamado' al Cádiz desde El Rosal, con la misma pasión que cada cadista que llena el estadio; quizás esa sea la clave de todo.

Porque son muchas las ocasiones que ha sonado el interés de equipos de mayor nivel para hacerse con sus servicios. Pero lejos de desconcentrarse, Álex demuestra cada partido que su compromiso con el Cádiz es admirable. El jugador criado en La Fábrica parece haber encontrado su sitio y el cadismo no ha podido tener mejor suerte.

Qué bonito está mi Cádiz, qué bonita es mi ciudad...! 💛💙 #Esnuestralocura #AF8 pic.twitter.com/xzCmeQ6mfg

— Álex Fernández (@AlexFdez8) February 29, 2020

Un referente, también como goleador

Por si fuera poco, el mediocentro es el máximo artillero del equipo. Con la de ayer ante el Almería, suma 11 dianas esta temporada. Pese a ello, su aportación al equipo va más allá, y es que cuando el balón pasa por sus botas, el juego del Cádiz lo nota.

El alcalaíno da sentido y calidad a las acciones amarillas. Un pase, un regate, una pausa... Álex suele tener habitualmente la elección oportuna, y aunque parezca fácil, no lo es. Su último gol puede ser buen ejemplo de ello, en mitad de una jugada embarullada dentro del área, sacó un pie desde el suelo para darle la vuelta al marcador.

Una montaña rusa

En lo que al partido se refiere, la primera parte fue una auténtica montaña rusa de sensaciones. El tifo inicial dio pie a que algunos aficionados sacaran a relucir sus habilidades manuales haciendo aviones de papel que terminaron sobre el terreno de juego. Había ganas de vivir una buena jornada tras dos derrotas, el público cantaba y hasta coreó a Fali tras una acción que terminó con Appiah sobre el tapete después de un choque en un corte.

Sin embargo, el gol de Corpas a los 10 minutos sentó como un jarro de agua fría. El tanto, por cierto, fue un auténtico despropósito del Cádiz; los almerienses llegaron a rematar hasta tres veces dentro del área sin mayor oposición que Cifuentes intentando detener los disparos.

Afortunadamente para los intereses cadistas, el equipo se enganchó rápidamente al partido gracias al tanto de Maras en propia puerta tras un jugadón de Perea. A punto estuvieron los visitantes de vengarse tras el gol de Álex, pero el larguero evitó que llegara el empate a dos.

Un golpe sobre la mesa

Aunque Cervera no quiera reconocerlo, la victoria ante el Almería ha sido un golpe sobre la mesa. Primero, por acabar con la mala dinámica; segundo, por ganar el golavaraje a un rival directo; y tercero, por aprovechar los tres puntos para ampliar la ventaja con sus perseguidores en una jornada muy, pero que muy, propicia.

Con jugadores como Álex y Carranza siendo un fortín hasta final de curso, el Cádiz avanzará con paso firme hacia el sueño del ascenso. Es evidente que no siempre se puede ganar y, por ello, hay que saber darle valor a esta victoria; cuando el equipo parecía tambalearse ha demostrado coraje para recomponerse.