Paso de gigante a base de sufrimiento

El Cádiz CF logró ese triunfo que tanta falta hacía para recuperar la confianza y distanciarse de sus perseguidores. Fue capaz de sobreponerse a un tanto en contra inicial y a base de mucho sufrimiento le dio la vuelta al marcador.

El partido comenzó como se esperaba, con el Almería teniendo la posesión y con el Cádiz a lo suyo: a hacer daño con velocidad. Cervera había sorprendido metiendo a Alejo en el once y dejando fuera a Salvi. Por la derecha intentaba el Cádiz volcar sus contras aprovechando el buen momento del vallisoletano.

Una vez más, al Cádiz le tocó remar contra la corriente. Si no hace mucho era un equipo muy fiable en defensa, ahora ofrece muchas facilidades y un rival de calidad como el Almería lo aprovechó a los 12 minutos. Corpas adelantó a los visitantes en una desafortunada acción en la que la defensa amarilla se mostró muy insegura.

Por suerte, en esta ocasión el equipo amarillo no tardó mucho en igualar la cosa. Una buena acción de Perea por la izquierda acabó en gol, posiblemente en propia puerta. Hubo suspense porque fue revisado, pero finalmente subió al marcador.

Los dos equipos estaban demostrando por qué llevan una racha de malos resultados acumulando dudas. Alternaban acciones de calidad con muchas imprecisiones y errores defensivos. Al Cádiz le faltaba continuidad y era evidente que le faltaba confianza. ésa que dan los triunfos.

En el primer tiempo se vio un partido cerrado, sin muchas ocasiones y con la sensación de que el miedo a perder atenazaba a unos y a otros. Pudo adelantarse el Cádiz en el minuto 36 en una buena jugada de Espino, pero Lozano no acertó a rematar su centro.

Desde el tanto del empate habían sido los locales los que habían llegado con más peligro al área, pero faltaba acierto para irse al descanso en ventaja. Álex Fernández reclamó un penalti en el tiempo de prolongación, pero el pésimo colegiado Díaz de Mera no lo señaló.

La segunda parte comenzó con un escenario similar. El Almería tocaba, en ocasiones con demasiada facilidad, y el Cádiz parecía timorato a la hora de presionar, como con el temor de caer en más riesgos de los convenientes. Cervera metía a Silva por Alejo en otra oportunidad para que el sanluqueño respondiera a la necesidad del equipo de contar con su mejor versión.

El equipo empezó a enchufarse algo más después del primer cuarto de la segunda mitad. Robó algunos balones en la zona de tres cuartos de campo y eso le permitió llegar con peligro. Así llegó el segundo tanto en un balón que le llegó a Salvi en la derecha, que terminó en gol en un remate desde el suelo de Álex Fernández.

La alegría pudo parar poco porque, acto seguido, el Almería tuvo una gran ocasión en las botas de Silva, pero su remate se encontró con el larguero cuando ya Cifuentes estaba superado. El equipo seguía sin transmitir sensación de seguridad y queda algo menos de media hora de aparente sufrimiento.

Por eso Cervera quitaba a Bodiger y metía a Sergio González en un momento en el que había que enfriar el partido. Nada más salir, el canterano empezó a mostrar su capacidad para dejarse notar con sus robos y ayudas, tan necesarias ante un rival con mucha calidad.

El equipo cerraba líneas y hacía lo posible por no dejar espacios con un 4-4-2 en defensa. Cada ataque del Almería cortaba la respiración del estadio porque en ese momento el Cádiz le sacaba ocho puntos a Almería y Huesca. Oro puro a finales de febrero.

Pero había que aguantar y entraba Álvaro Giménez por el Choco. Era fundamental que el delantero aguantara el balón para tener opciones de llegar al área almeriense y que el partido no se jugara todo el tiempo en el campo amarillo.

Los minutos pasaba con una lentitud angustiosa y el Almería era una amenaza constante, aunque realmente no hubiera puesto a prueba a Cifuentes en muchos minutos. Mal que bien el equipo estaba siendo capaz de alejar al Almería, pero estaba tremendamente impreciso con el balón y eso le llevaba al sufrimiento. Por fortuna, el marcador no se movió y el Cádiz firmó una victoria de las que marcan una temporada.