La doblemente leal Valencia no falla en la despedida de la Copa Davis
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Salvo el primer minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del atentado de Münster, la Plaza de Toros de Valencia fue un hervidero para despedir como merecía la Copa Davis que este fin de semana ha elegido la capital del Turia para dirimir uno de sus cuartos de final.
Así, Valencia, haciendo gala del emblema de su escudo -doblemente leal- no falló a la cita y, desde el primer minuto, pugnó porque los tenistas españoles se sintieran como en casa y dieran la vuelta a una eliminatoria que se había puesto patas arriba el sábado.
La lluvia de la jornada del sábado dio paso a un maravilloso sol mediterráneo que acompañó toda la matinal del domingo y los vips respondieron luciendo sus mejores gorras. De España era la del empresario Juan Roig, blanca la del presidente del Valencia CF Anil Murthy y la de su homólogo del Vilarreal, Fernando Roig, . Albelda, sin embargo, optó por la camiseta negra y la cabeza descubierta. Fernando Giner, presidente de la Asociación de Futbolistas, en la grada, también prefirió ir sin gorra. Gonzalo Gobert, director general del Circuit de Cheste, no secundó la moción y usó la característica gorra blanca de corte deportivo.
Juan Carlos Ferrero, como todos los tenistas de su talla que había en el coso de la calle Xàtiva, fueron pasando por los micros de la televisión tenedora de los derechos. El carrusel de elogios hacia el recinto, la ciudad, el tiempo y, sobre todo a Nadal, fueron la tónica habitual de la matinal. Eso sí, de todos ellos sólo Ferrero se llevó su trofeo conmemorativo por haber ganado la Davis. La afición lo ovacionó.
En el palco de autoridades en cambio, el sombrero de paja se impuso a los atuendos más de sport. Eso sí, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el alcalde Joan Ribó y el Delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, fieles al riguroso protocolo fueron a 'pelo' descubierto. Jorge Rodríguez, presidente de la Diputación y Maite Girau, concejala, tampoco se perdieron la enésima exhibición de Rafa Nadal, ni el trascendental partido de Ferrer, que a fin de cuentas es el que es de casa.
"Puigdemont a prisión"
Entre los gritos de ánimo de "Vamos Rafa", también hubo espacio para la crítica política. En Valencia no agrada la situación que se vive en Catalunya y no faltó el grito "Puigdemont, a prisión", en clara alusión a la justicia alemana, que debe decidir si extradita o no al político catalán que está en busca y captura.
Resultados al margen, e independientemente de lo que quieran hacer con la Copa Davis en el futuro (condensar todos los enfrentamientos de los mejores países en única sede como si fuera un Mundial), Valencia demostró tener capacidad y pasión suficientes para llevar en volandas a la selección española.