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Ejemplo en tiempo de coronavirus: el ermitaño italiano que lleva 31 años solo en una isla

Mauro Morandi, en la isla italiana de Budelli (Foto: CNN).
ElDesmarque

El mundo está librando una durísima batalla contra el coronavirus. Los números de infectados no paran de aumentar, al igual que el de fallecido a lo largo de todo el planeta. El COVID-19 ha provocado que casi todos los países impongan el confinamiento a sus ciudadanos, aunque hay el caso de un italiano, Mauro Morandi, al que no le va a afectar mucho...

La CCN revela la historia de Mauro Morandi, un exmaestro que llegó por accidente a la isla de Budelli, frente a la costa de Cerdeña, mientras intentaba navegar desde Italia a Polinesia hace 31 años. Se enamoró de las aguas cristalinas, de las arenas de coral y de las hermosas puestas de sol y decidió quedarse. A sus 81 años sigue viviendo allí y se ha ganado la reputación de ser conocido como el Robinson Crusoe de Italia que afirma que "nunca me siento solo".

Mauro Morandi cuenta cómo vive

Este italiano tiene un teléfono móvil que lo conecta con el mundo y también su propia cuenta de Instagram donde sube preciosas fotografías. Por ello, aunque desde la distancia, está viviendo con temor por su familia la expansión del coronavirus, él afirma que se encuentra perfecto: "Estoy bien, no tengo miedo, lugar más seguro de la Tierra. Me siento seguro aquí. Esta isla ofrece protección total. No hay riesgos en absoluto. Nadie aterriza, ni siquiera se puede ver un solo barco navegando".

Mauro Morandi dice que el hecho de que estemos unas semanas encerrados en el interior de nuestros hogares no es nada por lo que tengamos que enfadarnos, sino que es una oportunidad para practicar la búsqueda de nuestro alma. Dice que habla por experiencia, pues a pesar de tener una isla entera para él, los inviernos mediterráneos pueden ser duros y pasa muchos meses encerrado.

"Me paso el invierno encerrado en mi casa, durante meses casi no deambulo por la isla, pero en cambio mato el tiempo en el porche bajo el dosel. Entonces, ¿qué diablos, la gente no puede quedarse en casa durante dos semanas? Eso es absurdo", cuenta antes de valorar la importancia de la lectura.

Mauro Morandi: "Por ahora, tengo todo lo que necesito. Hay electricidad, agua corriente y una estufa extra pequeña para calentar"

"Leo mucho y pienso. Creo que muchas personas tienen miedo de leer porque si lo hacen, comenzarán a meditar, a pensar en cosas, y eso puede ser peligroso. Si comienzas a ver las cosas bajo una luz diferente y eres crítico, podrías terminar viendo la vida miserable que llevas o la mala persona que eres o las cosas malas que hiciste", explica.

En opinión de Mauro Morandi, la mayoría de la gente no quiere estar sola porque no puede soportar su propia compañía y el encierro impuesto por el coronavirus está obligando a muchos a enfrentar ese hecho. Añade, además, que aunque la crisis actual presenta una oportunidad para reevaluar sus vidas, no cree que muchos la aprovechen: "No creo en el poder curativo de las personas para cambiar. Quizás algunas personas lo harán, pero la mayoría está demasiado acostumbrada a las comodidades y los estilos de vida frenéticos".

Mauro Morandi, en la isla italiana de Budelli (Foto: Instagram).

¿Por qué cambio radicalmente de vida?

Mauro Morandi también relata su propia transformación de un vagabundo empedernido que viajaba por Europa cada año a un isleño solitario: "Simplemente ya no tenía ganas de viajar, no tenía interés. Comprendí que los viajes más bellos, peligrosos, aventureros y gratificantes de todos son los que están dentro de ti, ya sea que estés sentado en la sala de estar o debajo de un dosel aquí en Budelli. Es por eso que quedarte en casa y no hacer nada puede ser realmente difícil para muchos. Nunca me siento solo".

"Por ahora tengo todo lo que necesito. Hay electricidad, agua corriente y una estufa extra pequeña para calentar", termina diciendo.

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