En las buenas y en las malas
De todo menos fácil. Así se podría resumir en cuatro palabras la temporada de Jordi Masip en el Real Valladolid. El portero catalán, llegado al Nuevo Estadio José Zorrilla desde el Fútbol Club Barcelona, no ha vivido una campaña nada sencilla. Siendo el cancerbero más goleado de la categoría en muchas fases de la temporada, Masip ha cerrado su primer año de blanquivioleta con un sonrisa pero con todo lo vivido bien grabado en la memoria.
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Los goles encajados, los problemas del equipo a balón parado o la inseguridad defensiva han sido diferentes dificultades que han tenido a Masip como gran protagonista. Como el resto del grupo, ha sido mirado con lupa, pero él, salvo contadas excepciones como la goleada (0-3) ante el Club Gimnàstic de Tarragona, siempre se ha mantenido fuerte y seguro en su puesto.
La regularidad ha definido la primera campaña de Masip en Valladolid, un año diferente para él después de tres temporadas consecutivas sin competir. Los tres años en la primera plantilla culé le dieron mucho prestigio al portero pucelano, pero poco rodaje, que se tradujo en poca confianza en los primeros meses de competición.
Pese a detalles que pulir y acciones mejorables, Jordi Masip siempre fue un fijo en la portería. Tanto para Luis César Sampedro como para Sergio González. Ninguno dudó de él y el meta fue creciendo poco a poco, pero, sobre todo, se fue aclimatando a la circunstancias del equipo.
Si inicialmente era muy exigido por los rivales, la temporada terminó pidiéndole mucha concentración. En el inicio, Masip era requerido en tres o cuatro ocasiones por parte. En el tramo final, todo lo contrario. El nivel de confianza del grupo le llevaba a vivir aislado en el partido para ser muy exigido en fracciones concretas. A ellas llegaba y sabía responder con fuerza y convicción, estando ahí su mayor éxito de esta temporada.
Nota - 8 (Notable)
Desde un discurso muy tranquilo y sin levantar la voz en ningún momento, Jordi Masip se ha ganado el respeto de todos los estamentos del Club. Afición, medios de comunicación y compañeros no han dudado de él en ningún momento.
Ganas de trabajar, intención de evolucionar y protagonismo en el crecimiento del equipo han sido los ingredientes de la receta de un portero que ha estado a la altura en las buenas y en las malas en una temporada nada sencilla para él.
