Doctorado en A Malata

Más que tres puntos, tres puntazos. El Real Valladolid Promesas se llevó la victoria del Estadio de A Malata con un partido tremendamente serio y mostrando un grado de madurez impropio de un conjunto filial. Con rapidez y verticalidad a la contra, como más les gusta, los pupilos de Rubén Albés golpearon en dos ocasiones por medio de Higinio Marín y David Mayoral, que selló un golazo en los minutos finales.

 
Había urgencias en los locales y eso se notaba desde el primer minuto. Los de Miguel Ángel Tena, que se estrenaba en casa, parecían tener prisa y pretendían llegar al área pucelana con un juego más alocado que efectivo. Pero el filial, no se arrugaba e Higinio disponía de la primera ocasión con una falta desde la frontal que rechazaba la barrera.
Pronto, el alto ritmo se hacía el protagonista de un encuentro que se volvía de ida y vuelta. Las continuas faltas parecían ralentizar el juego durante unos instantes, pero era un espejismo y ambos equipos seguían pisando el área contraria. José Luis Sinisterra marraba un mano a mano ante Sergio García tras un buen pase de Anuar Tuhami, que hacía daño con espacios, y un disparo lejano marca de la casa del capitán local, Pablo Rey, inquietaba la meta de Dani Hernández.

Higinio acierta a la contra

Sin embargo, era el Promesas el que conseguía atinar primero. David Mayoral estaba listo tras una pérdida del conjunto verde y conducía un contraataque que iba a terminar con tres ocasiones en la misma jugada. El tiro del abulense lo salvaba bajo palos la defensa e Higinio tampoco acertaba a la segunda. Pero Mayoral volvía a recoger el rechazo y cedía para que el murciano acabara perforando la meta local.
El Racing acusaba el tanto y no carburaba. Su poca movilidad y sus previsibles ataques no perturbaban a los visitantes. Algo que si ocurría en los últimos minutos de la primera mitad. Los ferrolanos comenzaban a someter al Real Valladolid B y a generar jugadas de verdadero peligro. Dani Hernández tenía que multiplicarse. Dos intervenciones de muchísimo mérito evitaban el empate. Primero, tras una parada en un cabezazo picado de José Cruz en un corner y, más tarde, con una mano salvadora a tiro de Pablo Rey.

Dominio inocuo

A pesar de no disfrutar de la posesión, el segundo equipo del Real Valladolid recuperaba el pulso al partido tras el descanso. Mayoral, libre de marca tras un error de Catalá, no conseguía conectar la pelota. Posteriomente, Iván Martín probaba suerte con un remate raso desde fuera del área que atrapaba el portero sin problemas. Incluso Miguel Marí, recién entrado al terreno de juego, tenía en sus botas la opción más clara.
En ese momento, los de Tena decidían dar un paso hacia adelante, pero los gallegos, muy nerviosos, se mostraban impotentes para traducir su dominio en goles. Joselu Gómez enviaba al larguero un centro de José Cruz y los de Rubén Albes empezaban a dejar pasar el tiempo. Sin embargo, se encontraban con el empate a quince minutos del final. Quién si no, Pablo Rey, con un gran golpeo de falta directa desde la frontal, superaba al meta vallisoletano para poner el 1-1.

Golazo de Mayoral

Con tiempo por delante, el Racing se las prometía muy felices. Era entonces cuando, enrabietado, el filial volvía a sorprender al conjunto local en otro contragolpe. Tan solo tres minutos después de la igualada, Mayoral ponía por delante de nuevo a los suyos con una auténtica obra de arte.
A partir de ese instante y de forma muy inteligente, el Promesas supo jugar con la ansiedad y la desesperación de los ferrolanos que, para colmo, terminaban el partido con un jugador menos por la lesión de Juan Martínez. Mostrando una experiencia insólita en un conjunto filial, como si de un equipo profesional se tratara, el Real Valladolid B se llevaba en la mochila tres nuevos puntos que le colocan con 15 antes de recibir el próximo miércoles al Burgos CF, colista del Grupo I de Segunda División B.