Un cambio que hizo efecto
Al descanso el panorama no era nada bueno. Los nubarrones se situaban sobre el Carlos Tartiere y no eran precisamente provocados por la gota fría que atormenta a España. El Oviedo caía ante Osasuna, sin apenas haber inquietado a los rojillos, víctima nuevamente de un gol a balón parado, que llegó en el minuto dos. Anquela decidió apostar por los mismos once y no realizar ninguna modificación, ni de hombres ni táctica, hasta el minuto 56, cuando Ibra entró al campo y el partido cambió.
Fue el momento clave. Ibra entró por Forlín y el Oviedo pasó a formar con 4-4-2, y lo que fue un cambio más sustancial. Las llegadas empezaron a sucederse por el juego directo, en el que Aridane se hizo fuerte, pero no pudo con todo. Ibra y Joselu aportaban un dinamismo necesario, requerido por el partido, y por los movimientos de ambos también llegaban acercamientos, aunque en varias ocasiones faltó el último control.
Más que en lo futbolístico, el cambio tras la entrada de Ibra vino en la propuesta y en el aspecto un tanto ambiental. La manera de presionar y de pelear cada balón, unido a un Joselu de características similares en ese aspecto, le dieron al Oviedo presencia en segundas jugadas y enchufaron a la grada, hasta el gol final de Saúl Berjón. El asturiano, tras una inteligente entrada por banda izquierda, después de la expulsión de Lillo, se sacó un golpeo a la escuadra.
Dos goles llegaron a balón parado y el otro en propia puerta, muestra de lo que supone muchas veces la Segunda división. Si bien la cara de la segunda parte fue buena y la reacción sobresaliente (no es fácil remontar un partido en esta categoría y menos a Osasuna), en la primera parte el Oviedo volvió a mostrar carencias.
Anquela volvió a apostar por los tres centrales y dos carrileros, pero el Oviedo no estuvo cómodo. Falta de profundidad, sin llegada y encima con el marcador en contra desde el primer minuto. Falta acabar de definir el dibujo y el estilo, pero el hecho de conseguir la segunda victoria consecutiva aporta una calma necesaria y propone una línea recta que el Oviedo ha de seguir. Es necesario estabilizar los resultados y por eso la victoria de hoy ha sido clave.