Como en casa, en ningún sitio
Parecía un reto imposible vistos los resultados de este inicio de temporada. Pero para el Real Oviedo, aparentemente, nada es inviable. Tras remontar este sábado al CA Osasuna en casa, el equipo carbayón suma su segunda victoria consecutiva en el Carlos Tartiere. Los de Juan Antonio Anquela cumplen con la máxima que dice que, como en casa, en ningún sitio.
El Tartiere siempre ha sido un fortín. El estadio azul impone respeto a los rivales, hace más fuerte a la plantilla oviedista y se viste de gala en cada partido. Por ello, la afición no podía creer que el Real Oviedo estuviese dejando escapar tantos puntos en un campo que se desvive por su equipo.
Lo realmente asombroso quizá es que la primera victoria en casa de este curso no llegase hasta la jornada 8 de LaLiga 1|2|3. La que logró el Real Oviedo frente al Albacete en un Tartiere que sólo había visto dos empates y una derrota hasta la fecha. Y entre esas pérdidas se incluye la dolorosa caída frente al Real Zaragoza (0-4) de la que el respetable oviedista salió con el corazón en un puño.
Pero parece que el fortín, el muro, está recuperando su mejor forma. La fortaleza vuelve a erigirse y, con la de este sábado, ya ha vivido dos triunfos, además de manera consecutiva.
Volver a hacerse fuerte
El Carlos Tartiere ya era casi imperturbable en la pasada campaña. De los 21 partidos de Segunda división que se disputaron allí, el Real Oviedo se llevó los tres puntos en 14 ocasiones -empató en cuatro y perdió las tres restantes-.
Por ello, los de Anquela tienen la obligación para con su afición de volver a hacer de su casa un lugar de alegrías y celebraciones y no de fracasos y dolores de cabeza. Y, con el triunfo ante Osasuna, ha dado el primer paso para lograrlo.
