El plan B ya es el plan A: claves de la reconstrucción del Málaga

Todavía no es matemático, pero sí es sentimental. El descenso a la tercera categoría del fútbol español es cuestión de tiempo. Tan solo una carambola lo impediría: ganar tres de tres y que los demás pierdan tres de tres, excepto el Sporting, que podría perder dos y empatar otro para que el Málaga tuviera opciones atendiendo a la diferencia de goles. Muy improbable.

Ante esta situación, el director general, Kike Pérez, ha asimilado que el mantra de "sí se puede" ya ha muerto. Es turno para trabajar en el escenario que asoma en el horizonte. Lo que era el plan B ahora es el plan A. Esto decía el vitoriano tras la decepción inolvidable en Ponferrada: "Hay un plan B que estaba pensado. Quiero decirle a la afición que vamos a volver más fuertes que nunca. Que es un fracaso para todos en el club. El varapalo es muy grande. Somos el Málaga y entre todos lo llevaremos a donde debe estar".

¿Y ahora, qué? En los próximos días, como él mismo anunció, se confirmará quién será el nuevo director deportivo. Ya está elegido. El anuncio es inminente, aunque Kike Pérez no quiere dar fecha concreta. El daño causado por las equívocas decisiones de Manolo Gaspar hacen que este fichaje sea el más importante para el futuro inmediato del club. Será la primera piedra del proyecto del Málaga 2023/24, un equipo que sufrirá una reconstrucción sin igual.

Agujero económico

La reconstrucción va de la mano de una reducción importante de presupuesto. Algo inevitable. Se dejará de contar con las mismas inyecciones económicas de ahora. Patrocinadores y administraciones como el Ayuntamiento bajarán su apuesta. Habrá una fuerte caída de ingresos por los derechos televisivos. Seguramente se perderán puestos de trabajo. Pero el descenso no supondrá la desaparición, como algunos defienden.

El club es viable, han repetido tanto José María Muñoz como incluso el presidente de LaLiga, Javier Tebas: "Sería viable. Al descender tendría importantes ayudas, y los fondos que todavía tienen. Por ejemplo, los fondos CVC, que es un préstamo a 50 años, quedarían suspendidos del pago y no habría que devolver. Podría seguir disponiendo del dinero de CVC para terminar todos los proyectos [como La Academia]", decía hace unas semanas en Cope Málaga.

Por ejemplo, el Deportivo de la Coruña, cuando descendió en 2020, sufrió en su primera temporada en 2ªB unas pérdidas por valor de nueve millones de euros. Fueron 7,6 correspondientes al resultado de explotación y 1,4 del balance financiero. Tenían la plantilla más cara de toda la división y no consiguieron ascender. Este año están luchando por el ascenso directo y cerca de asegurarse el Play Off. Pero el Depor tiene el músculo económico de Abanca, que cubrió las pérdidas como máximo accionista. Y no tenía ni tiene el estancamiento judicial y la desgobernanza que tiene el Málaga. 

Jugadores que estarán

Empezar de cero requerirá una revolución de plantilla donde continuará el entrenador, Sergio Pellicer, y los jugadores Manolo Reina, Juande, Genaro y Ramón mantienen su contrato en caso de confirmarse el descenso. Son los únicos que no tienen cláusula para quedar libres.

El director deportivo que llegue a La Cueva tendrá que sentarse a negociar con aquellos que encajen en el proyecto y que estén dispuestos a quedarse, en contra de lo que digan sus contratos. De momento, son dos jugadores los que han mostrado públicamente su deseo, aunque uno más explícito que el otro. Escassi lo hizo este lunes. Lago Junior dejó pistas hace una semana.

¿Canteranos al poder?

No hay que olvidar a los canteranos que siguen perteneciendo al Málaga. Los que están y ya han debutado, que son Cristian, Álex Calvo, Andrés Caro, Moussa, Haitam, Loren, Murillo o Issa Fomba; y los que regresan de sus cesiones: Dani Lorenzo y Larrubia (Mérida), más los dos con una opción de compra que no parece que vayan a ejecutar los clubes destino, como son Roberto (Barça 'B') y Kevin (Gil Vicente).

Otros nombres como Juanmita, Bilal, Álex Rico, Carlos López o la última joya, Izan Merino, también pueden ser interesantes como activos para una Primera RFEF que es más cercana al fútbol de barro que al de élite.

Son días de luchar contra lo imposible en las últimas tres jornadas, pero de ir planificando y adelantándose a los hechos. Terminada la temporada, se pondrán los puntos sobre las íes. Se hablará de fracaso y la afición exigirá responsabilidades. Es el mayor reto del club, todavía sin presidente y que va para largo: lograr salir vivo de la caída libre al infierno. Para ello, se deberán tomar decisiones de gran calado habiendo aprendido de las anteriores.