De los pies a las manos

“El segundo gol fue dedicado para Torron”, se limitó a decir Blanco Leschuk al término del partido tras su celebración del segundo tanto al Numancia. En el primero buscó a Koné, su nuevo socio, pero en el otro, tras el momento mágico del gol y en plena euforia, se giró hacia el banquillo y corrió hacia él esquivando brazos que intentaban detenerlo para festejar. ¿A quién buscaba el argentino? El destinatario del abrazo no era otro que el masajista Marcelino Torrontegui. De los pies de Blanco a las manos de 'Torron'. Tesoro para el Málaga.

Lejos de lo que pueda parecer, no fue un hecho premeditado ni una premonición del asturiano. La sintonía entre ambos es total, y Blanco quiso compartir con el masajista la alegría del gol que daba la calma al equipo blanquiazul. La piña fue total a continuación, con titulares, suplentes y técnicos, demostrando con hechos que la unión es absoluta en el vestuario, tal y como se encargan de recordar de forma habitual los componentes de la familia blanquiazul.