El Athletic se lleva el regalo después de una temporada regular

El Athletic Club ha transformado lo que iba camino de un curso decepcionante, en el que ha estado peleando por salvación y ha sido eliminado más pronto de lo esperado en la Liga de Campeones, en una excelente temporada con clasificación europea y su cuarta final, la tercera de la Copa del Rey, en los últimos seis años.

El equipo de Ernesto Valverde abrió la campaña 2014-2015 de la mejor manera posible: eliminando al Nápoles en el Play off y colándose en la Fase de Grupos de la Liga de Campeones.
Un inicio más que meritorio pero que pronto se transformó en tormento tras una semana negra en Liga en la que solo sumó un punto ante Granada, Rayo y Eibar, dos de ellos en San Mamés, y una derrota en Bielorrusia frente al BATE Borisov que le marcó de manera muy negativa para el resto de la Champions League.
Tal fue la situación en la que se vio el conjunto bilbaíno que Valverde decidió dar prioridad a una Liga que amenazaba con el descenso sobre la Liga de Campeones, ya casi imposible desde la segunda jornada del Grupo H.
Los 19 puntos con los que terminó la primera vuelta y el desencanto de la afición por la trayectoria en Champions reflejaba con claridad lo que había sido una primera mitad de curso más cerca de la pesadilla que del sueño que esperaban vivir los incondicionales rojiblancos.
Pero con la llegada del nuevo año y la puesta en escena de su competición fetiche, la Copa, el Athletic empezó su transformación. Un cambio de tal calado que ha llevado al siempre prudente y sensato -y ya renovado- Valverde a dar un "sobresaliente" a su equipo a la espera del "'cum laude'" dentro de una semana en el Camp Nou.
Aunque a trompicones, el Athletic fue superando obstáculos coperos sin demasiada solidez y con noches de disgustos como ante el Celta en 'La Catedral', donde los celestes estuvieron a punto de dar la vuelta al 2-4 de la ida en medio de una bronca de la afición.
Ahí soltó el técnico una frase que hoy suena a premonitoria: "nosotros todavía podemos ganar la Copa, el Celta ya no".
Tras otra nueva decepción en la Liga Europa ante un Torino que se repuso en Bilbao del 2-2 de Turín, y ya con la final copera amarrada después un partido para la historia en Cornellà, donde el Espanyol pagó ante un rival superior no haber decidido las cosas en San Mames, el Athletic ofreció lo mejor del curso.
Cinco victorias seguidas por primera vez en décadas, entre febrero y marzo -una sobre el Real Madrid-, permitieron al conjunto rojiblanco soñar con una remontada imposible a un Málaga que llegó a aventajarle en 11 puntos y también en el 'average' particular.
Una remontada que completó ante el agotado conjunto costasoleño y que llegaron a poner en duda un par de inesperados tropiezos en San Mamés. Para los anales quedará el 'milagro' de Elche, otra remontada increíble, del 2-0 al 2-3 en los 15 últimos minutos.
A la que vez que fue cambiando de color la temporada, Valverde fue transformando un equipo que distó de ser el arrollador que alcanzó la Liga de Campeones el curso anterior y en el que solo mantienen su rol de indiscutibles Laporte, Balenziaga y Aduriz.
El ariete, por cierto, ha estando aún más impresionante como la pasada y sostén principal de su equipo con 26 goles, 18 en Liga. Con 34 años, los mejores registros de su carrera y mejor goleador nacional del campeonato.
Los primeros pasos fueron la apuesta de inicio por De Marcos de lateral derecho, una especie de anticipo de la pronta marcha -más que nunca en 'loor' multitudes- de un Iraola espléndido en su traslado al centro del campo, y Etxeita en el centro de la defensa con Laporte, a la espera de la recuperación del operado Gurpegui.
Con el paso de los partidos, y a pesar de la insistencia de Valverde, Susaeta e Ibai dejaban claro que no eran los de años anteriores y hasta Iturraspe y Rico dejaron sitio a otros en un doble pivote ahora ocupado brillantemente por San José y Beñat.
El ascenso de Williams durante una baja de Aduriz ha aportado al Athletic una energía de la que carecía e Iraola contrapone en el otro costado talento, inteligencia y saber estar.
Y hasta en la portería las cosas no están tan claras. Herrerín está siendo titular en los últimos partidos para llegar rodado a una final que se ha ganado con sus excelentes actuaciones cuando Valverde ha tirado de él y no sería sorprendente que el año que viene inicie la Liga como titular.
Un debate que ha quedado para el próximo curso es la media punta, donde solo Muniain ha estado a la altura de un Herrera que va asentándose en el Manchester United. Pero Muniain se lesionó de gravedad y solo Aketxe ha logrado durante contados minutos que no se le recuerde al nivel de cuando se rompió la rodilla en Sevilla.
Quizás en ese baja se expliquen buena parte de la razones que le han llevado a Valverde a cambiar el sistema de juego a un 1-4-4-2, con la dupla Williams-Aduriz arriba, que apunta al Camp Nou. Donde llegará transformado un Athletic en busca de uno de esos aldabonazos que han hecho tan valiosos y tan valorados sus ya 117 años de vida.